Teresa Son , Totonicapán.
Es octubre, el año escolar en tiempo normal estaría en su etapa final, pero no es así, el plan de reactivación se va ejecutando casi a cabalidad. Los temas de auge son: pandemia, política, reactivación económica, entre otros. El que menos suena y al que poco interés ha prestado el Estado es la educación.
En el departamento de Totonicapán se evidencia el abandono de parte del Ministerio de Educación en cuanto asesoramiento para acompañar la educación a distancia. Nadie estaba preparado para esta situación; algunas maestras (os) se han dedicado a atender de manera creativa a sus estudiantes, es por vocación, convicción y tomando los riesgos que conlleva.
Según el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística en el 2018 en el departamento de Totonicapán 4 niños de cada 10 en edad escolar estudian, ellos a su vez dependen de la educación pública, un 82.6% asiste a una escuela y/o instituto gubernamental, solo el 11.24% va a entidades privadas y un 6.15% en cooperativas. Los datos demuestran que un 60% de las niñas y niños en el departamento no tiene acceso a la educación pública que por derecho les corresponde.
En el área rural de los municipios y cantones del departamento viven la mayor cantidad de niñas y niños. Con el estado de calamidad su realidad les ha imposibilitado recibir clases, así como asesoramiento de maestras(os) por algún medio digital, radio y televisión porque son comunidades que no cuentan con estos servicios.
En el caso de las áreas urbanas que suelen estar más cerca del centro, por ejemplo, en la Escuela Oficial Urbana Mixta Barrio la Independencia del nivel primario, contigua al centro de San Cristóbal Totonicapán, los niños no han tenido más que las guías de tareas que realizó el ministerio de educación para completar en casa con acompañamiento de sus padres, las cuales han sido entregadas las tres veces que han recibido alimentos por parte del gobierno, con el programa de alimentación escolar. La situación es compleja porque si algunos han logrado realizar la tarea ha sido por el sobre esfuerzo de sus padres y de ellos mismos, pero en su mayoría por dedicarse al mercado informal los padres no han podido asesorar estas tareas ni entregarlas.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Educación Básica (INEB) San Cristóbal Totonicapán, por tratarse de alumnos que se encuentran en la etapa de adolescencia, implementó el estudio desde casa con tareas y trabajos concretos, con fechas de entregas y revisión de avances del aprendizaje, los alumnos expresan que han sido demasiadas tareas que han necesitado más tiempo de lo normal para la realización y entrega. Nada asegura que esa forma sea la más efectiva para el aprendizaje, tampoco los padres de familia manejan temas y metodologías para enseñar o acompañar el aprendizaje de sus hijos, pero muchos adolescentes se han dedicado a tiempo completo para cumplir con sus trabajos y culminar el año con satisfacción.
El caso de niños que han recibido clases en línea es en su mayoría de los pocos centros educativos privados, de los cuales un gran porcentaje no puede entregar las tareas ni recibir clases por no contar con redes sociales y porque no está en la posibilidad de pagar un café internet. Los maestros envían las tareas por vía WhatsApp y por páginas web que cada centro ha preferido usar para la recepción de clases y para dar seguimiento a las tareas.
Mientras cada familia intenta lidiar con la crisis económica, el desempleo, la desnutrición, la pandemia y todo lo que esta etapa ha desencadenado, la educación en el departamento y a nivel nacional es cada vez más precaria y sin menos posibilidad a que se pueda solventar en el tiempo correspondiente.
Los niños se mantienen en casa, ya sea jugando, ayudando en los quehaceres o intentando hacer las tareas, según se ha observado muchos de ellos no cuentan con el ambiente para estudiar en casa, las realidades son complejas, iniciando por la alimentación, para muchos de ellos ir a la escuela era una verdadera opción de cambiar de ambiente, de recibir alimentación, de convivir con sus compañeros y sobre todo aprender. Nadie en condiciones precarias va a tener una salita de estudio o más aún una mesa con silla donde dedicar un tiempo a hacer las tareas, a tomar un libro, un diccionario o más aun a consultar en internet los temas pendientes de trabajar. Tampoco es una excusa, pero es una realidad que el gobierno no ha palpado y por ello es fácil proclamar que todo va avanzando bien.
La indiferencia del gobierno a través del ministerio de educación o de otros programas es evidente. Las Escuelas del paraje Xeguachibal aldea Maczul, Aldea Rancho de Teja, Cantón Chiyax, paraje Chitax aldea Tzanixnam del departamento, han recibido apoyo pero no del gobierno, sino de entidades no gubernamentales entre los que destaca la pastoral social de la Arquidiócesis de los Altos, con varios programas que ha acompañado este tiempo a las escuelas con visitas hasta las aldeas, con alimentación, entre otras actividades y asesoramiento. Por tanto, queda comprobado que el abandono gubernamental hacia la educación es real y esto agrava el nivel de educación y las posibilidades de acceder a ella en este departamento.