Por Haroldo Sánchez
*¿Quién paga la cuenta?, hasta 52 millones de personas podrían caer en la pobreza y 40 millones podrían perder sus empleos en Latinoamérica ante crisis COVID-19. (OXFAM)
*Aumentan los milmillonarios de América Latina a medida que la región más desigual del mundo se hunde bajo el yugo del coronavirus. (OXFAM)
Guatemala es un país con grandes desigualdades sociales. La pobreza cabalga desbocada en ciudades, zonas, municipios, aldeas, comunidades y laderas de barrancos. Los ciudadanos de las áreas más desprotegidas, están sufriendo los embates del coronavirus en total abandono. Si alguien enferma, es llevado a hospitales donde ya no hay lugares para su atención. Los miles de casos a nivel nacional ya superan la capacidad de la red hospitalaria.
La población más vulnerada está condenada de antemano. Existen estadísticas que prueban que la mayoría de personas que nacen en hogares pobres, mueren en esas mismas condiciones. Son minoría quienes logran salir del lugar donde crecieron para mejorar su condición de vida. La inmensa mayoría está condenada a vivir y morir en la pobreza y pobreza extrema.
Y hablar de este tema no hace a nadie comunista. O socialista. O demócrata. Es evidenciar lo que no se puede ocultar. Guatemala es un país donde la pobreza aumenta cada año. Donde la gente lucha a brazo partido para salir adelante. Donde el Estado durante décadas, ha dejado que esa masa de población crezca sin control ni apoyo, y cuya existencia se ha complicado aún más, con la pandemia del coronavirus.
Existen creencias de que hay pobreza porque la gente es haragana. Que tiene muchos hijos. Que no estudian. Que la población en estado de pobreza es borracha, y que tan solo busca ser mantenida por el Estado. Como si todo esto fuera carta blanca para que los distintos ministerios hagan poco o nada, por llevar satisfactores sociales a millones de ciudadanos(as) que claman por atención gubernamental.
Cada año el Congreso aprueba millonarias transferencias a los distintos ministerios y, al parecer, nada de ese dinero beneficia a quienes lo necesitan. No es posible que, durante décadas, donde gobiernos llegan y gobiernos se van, nada cambie para la gran mayoría. ¿Qué se hacen esos fondos? ¿A dónde van esos presupuestos millonarios? ¿Quién se beneficia?
En el gobierno pasado, se habló tanto de corrupción, se condenó a personas del sector público y privado, señaladas de diversos delitos. Se pensó que era el despertar de una nueva primavera y que las cosas iban a cambiar. Años después, nada cambió y esto está peor. Los corruptos(as) tan solo se adaptaron y ahora roban aún más, amparándose en la experiencia que adquirieron al ver “los errores”, que cometieron quienes les antecedieron.
Para ilustrar esta dura realidad, he tenido acceso a un informe de Oxfam, con “las previsiones de retroceso económico y social en América Latina y el Caribe, que son alarmantes. La COVID-19 golpea con fuerza la región marcada que tendrá que afrontar una contracción del 9,4%, una de las más severas en todo el planeta. La desigualdad, la informalidad y la insuficiente dotación sanitaria lastran las posibilidades de hacer frente a la pandemia. Pero son los más vulnerables quienes asumen el costo, hasta 52 millones de personas que podrían caer en la pobreza y 40 millones podrían perder sus empleos, un retroceso de 15 años para la región. Por otro lado, la región ha visto surgir en promedio un nuevo milmillonario cada dos semanas desde marzo, aumentando de 75 a 83 el número de milmillionarios en la región”.
A continuación, el informe de Oxfam, donde destaca que: Aumentan los milmillonarios (billonarios) de América Latina a medida que la región más desigual del mundo, se hunde bajo el yugo del coronavirus. América Latina es el epicentro de la pandemia de la Covid-19 desde el 1 de junio de este año. Y mientras que millones de personas siguen luchando contra esta enfermedad, con dificultades económicas extremas, como encontrar la manera de llevar comida a la mesa durante los confinamientos, sumado a los hospitales al borde del colapso, la región ha visto surgir en promedio un nuevo milmillonario cada dos semanas desde marzo, aumentando de 75 a 83 el número de milmillionarios en la región.
Así, su fortuna ha aumentado de USD.282,600 millones a USD.341,100 millones, es decir enUSD.60,500 millones. Así lo estima el informe ¿Quién Paga la Cuenta? Gravar la riqueza para enfrentar la crisis de la COVID-19 en América Latina y el Caribe, último informe presentado por Oxfam.
«Mientras que todos los demás están viviendo con órdenes de confinamiento, tratando de sobrevivir y con el temor de enfermarse, los milmillonarios latinoamericanos ven cómo su patrimonio y privilegios van generando más de 413 millones de dólares diarios desde el principio de la pandemia, todos y cada uno de los días», afirmó el director ejecutivo interino de Oxfam, Chema Vera.
Por otro lado, hay impactos económicos y sociales dramáticos en la región:
1. Oxfam estima que América Latina perderá 113,400 millones de dólares en ingresos fiscales este año, lo que equivale al 59% del gasto en salud pública de la región. En Guatemala la perdida se estima en USD.859 millones, lo cual equivale más del 75% del presupuesto ordinario de salud en el país.
2. Se estima que hasta 52 millones de personas podrían caer en la pobreza en AméricaLatina y el Caribe, con lo que la lucha contra la pobreza retrocedería 15 años.
3. América Latina ya era la región más desigual del mundo. Los esfuerzos de los Gobiernos para combatir el coronavirus y salvar vidas se han visto frustrados por la desigualdad y la corrupción profundamente arraigadas. El virus ahondará todavía más la enorme brecha entre los más ricos y el resto.Así, por ejemplo, en Guatemala se estima que la desigualdad ha crecido entre 1 y 1.9%.
4. Hay un impacto fuerte en el crecimiento económico: se estima una baja del PIB de USD entre 1 y 8% en la región (Perú hasta 12%; Guatemala se ubica con una pérdida del 3% en medio); el cual seguirá impactando recaudación fiscal, pobreza y desigualdad.
La situación de crisis social y fiscal obliga a los Estados de la región a avanzar hacia acuerdos fiscales integrales que doten a los estados de fondos y que lo hagan de forma sostenible, eficaz y legitima. Por tanto, Oxfam propone:
1. Medidas efectivas contra la evasión fiscal. Datos de CEPAL muestran que 20% de la inversión extranjera –IED- entra y sale de los países latinoamericanos por medio de paraísos fiscales, lo cual abre una oportunidad importante de recaudación al combatir efectivamente esta evasión fiscal.En Guatemala, el 16% que entra de inversiones extranjeras, y el 23% que sale, proviene de y va a paraísos fiscales.
2. La aplicación de un impuesto al patrimonio neto de entre el 2% y el 3,5% a quienes tengan activos equivalentes a más de un millón de dólares.
De acuerdo a los cálculos realizados, los Gobiernos latinoamericanos con un impuesto de esta índole que no afecta las grandes fortunas, podrían recaudar hasta USD.14,200 millones, 50 veces más de lo que se podría recaudar este año de los milmillonarios de la región (dado que un impuesto de este tipo solo existe en tres países de la región y con tasas aun menores). Estos recursos se deberían utilizar para paliar los efectos de la crisis, financiar programas de protección social, levantar los sistemas de salud y reactivar la economía, enfatizando en el sector de la micro, pequeña y mediana empresa.
«El virus se ha expandido por América Latina no por indisciplina, sino por la desigualdad, ejemplificada por la enorme economía informal de la región y su falta de redes de seguridad, y por los Gobiernos que no gravan suficiente las grandes fortunas. Las grandes fortunas tienen una enorme deuda con nuestras sociedades y ya es hora de que paguen la justa parte que les corresponde», concluye el director ejecutivo interino de Oxfam, Chema Vera.