¿Y DÓNDE ESTÁ EL DINERO?

Por Haroldo Sánchez

¿Y dónde está el dinero?, es el clamor de la población luego de la millonaria aprobación de fondos para atender el coronavirus. Esto ocurrió el pasado mes de marzo y hasta la fecha, nadie sabe, nadie supo el destino de esos millones de quetzales puestos a disposición del gobierno de Giammattei. Ah, perdón, no lo sabe la población, porque aquellos por quienes pasaron esos millones de quetzales, por supuesto que lo saben…

            Ahora resulta que después de los más de 122 millones de quetzales encontrados en una residencia de lujo en Antigua, propiedad entre otros del ex ministro de Comunicaciones, José Benito, en ese ministerio, una vez más, se conoce de un nuevo caso de “desaparición” de 135 millones de quetzales de la Dirección de Caminos. En versiones contradictorias, se dice que las autoridades de esta cartera no saben hacia dónde se hicieron las transferencias millonarias y se habla de falsificación de la firma del director Fredy Chojolán.

            Son nueve meses del gobierno actual y la desconfianza se instaló en la conciencia de los guatemaltecos que ven cómo sus problemas aumentan en áreas como la salud, la educación, el empleo, la alimentación y la sobrevivencia diaria, mientras los políticos de turno siguen haciendo de las suyas, aprovechando que el Estado en su estructura, permite robar sin ningún problema presente y al parecer, según creen, futuro.

            Hasta este martes 27 de octubre, el presidente guarda silencio. Un hombre que llegó a gritar a los cuatro vientos que en su gobierno no habría corrupción…

Y EL PERSONAL DE SALUD SIN SALARIO…

¿Y dónde está el dinero? La escena es dura: personal del hospital provisional del Parque de La Industria, denuncia que tienen casi cuatro meses de no recibir salario (médicos, enfermería, farmacia, servicios generales, terapia respiratoria y recursos humanos). ¿Y entonces?, ¿dónde está el dinero? ¿Qué se hizo esa gran suma de millones de quetzales aprobados por el Congreso? ¿A dónde fueron a parar las donaciones que recibió este gobierno? Luego el mandatario se enoja con los salubristas, porque exigen el pago por su trabajo.

            Esta actitud que vive el personal de salud es repudiable, porque no deberían salir a las calles para denunciar lo que por derecho se ganaron a pulso al enfrentar la pandemia en condición de desventaja, y encima no se les paga. ¿Qué ha hecho el gobierno con el dinero recibido? En el aire se esfumaron los millones de quetzales aprobados, precisamente, para combatir el coronavirus y mejorar la red hospitalaria. Ni lo uno, ni lo otro.

            Estas demandas no son nuevas. La denuncia de falta de pago la ha hecho reiterativa el personal médico del hospital provisional del Parque de La Industria. Es lamentable el trato que el Estado le da a un grupo de profesionales, cuyo único propósito es servir a los guatemaltecos víctimas de esta pandemia. Y es aquí donde de nuevo surge la interrogante: ¿para qué sirve una comisión presidencial contra el coronavirus? ¿Para qué fue creada? Uno pensaría que era para apoyar a los colegas y velar por que el ministerio de Salud cumpla con sus compromisos…

            Es complicado entender a un gobierno dirigido por una persona que al parecer no quiere ver más allá de otros intereses. Dejar de lado la obligación de pagar a quienes trabajan en salud pública, es algo inhumano. No solo se exponen al contagio (se lamentan muertos en este sector de la salud), también se les atrasa su salario. Aquí no cabe que la burocracia es lenta, es la irresponsabilidad de altas autoridades que sí reciben su salario a tiempo.

            Esas voces exigen ser escuchadas. Basta ya de poner pretextos para atrasar el justo salario del personal de salud. No es posible que en seis meses se hayan gastado los millones de quetzales aprobados por el Congreso. Después de despedir al anterior ministro de Salud por inoperante, ¿qué pasa con la actual ministra? ¿Cuáles son ahora los argumentos para no cumplir con los salarios del personal del hospital del Parque de La Industria?

            Cuando un gobierno se preocupa más por aspectos de intereses económicos y su administración no cubre las necesidades de un país, el resultado es lo que se vio el pasado jueves, cuando mujeres y hombres salieron a la calle a denunciar que siguen sin recibir su sueldo. La crisis económica en la mayoría de hogares guatemaltecos a raíz de la pandemia, es grave. Y el personal de salud que presta sus servicios en estos hospitales provisionales, y que ha enfrentado el Covid-19 con pocos recursos, vive inmerso en la incertidumbre por no poder cumplir con los compromisos familiares.

            ¡Ah!, pero seguro que, en el Gabinete de Gobierno, sin ningún tipo de excepción, el presidente, el vicepresidente, los ministros y los directores de las distintas instituciones, incluyendo el Centro de Gobierno, tienen su salario a tiempo, sin atrasos y gozan de privilegios que, incluso, les permiten guardar parte de lo que ganan, porque el Estado les provee alimentación, carros, gasolina, seguridad, y elevados gastos de representación.

            Eso es lo injusto de este sistema, que privilegia a funcionarios designados por el poder político, pero no a quienes se dedican a salvar vidas. Es como si se premiara a quienes hacen poco, pero ganan mucho, en contra de los que dedican su vida al servicio de los demás. Es lamentable que el propio presidente, médico de profesión, no se ponga en el lugar de sus “colegas” y se preocupe por ellos.

            Ya dirán que gobernar no es fácil, que cada día hay tantos problemas por solucionar y que otras cosas requieren la atención presidencial. Entonces, para qué se llega a ser presidente si no se puede controlar el pago puntual de los salubristas. Afirmarán que para eso están los ministros, y si ellos no cumplen con sus obligaciones, ¿a quién se recurre para que las ruedas del sistema funcionen a favor de quienes lo demandan?

            El personal médico del hospital provisional del Parque de La Industria merece ser atendido en sus exigencias salariales. Los gastos por servicios privados no se detienen, y una persona con dos, tres o hasta cuatro meses sin recibir salario, se enfrenta a situaciones que ponen en riesgo su estabilidad, al no poder pagar casa, agua potable, electricidad, servicio telefónico, desplazamientos y alimentación. Eso solo lo saben los asalariados, porque los funcionarios de este gobierno, no pierden el sueño al tener asegurado su presente y su futuro.

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