Por Teresa Son/Totonicapán
Han sido meses difíciles, y después de casi un año se vuelve a las aulas. Independientemente de la edad, conscientes de la existencia de la pandemia y el peligro que supone, los estudiantes caminan emocionados hacia sus centros educativos. Volver a las aulas tiene sentido, quizá con más fuerza porque ya se ha experimentado la ausencia de las clases, del aprendizaje acompañado y del compartir con compañeros, compañeras y docentes.
El proceso de iniciar el ciclo escolar en el departamento de Totonicapán, en medio de la pandemia, tiene diversas facetas. En lo que se refiere al cumplimiento de protocolo según lo establecido en el Acuerdo Ministerial 300-2020, son más ideales que acciones cercanas al contexto.
Según datos del Ministerio de Educación, el departamento cuenta con 789 centros, distribuidos en los diferentes niveles educativos, prevaleciendo el nivel primario. En su mayoría estos centros se encuentran en las áreas urbanas y las que se ubican en el área rural, tienden a aglutinar mayor número de alumnos.
De parte de las y los docentes, la voluntad de trabajar, de dar su mayor esfuerzo para que la educación que se brinde sea en beneficio de la niñez es más que evidente, por ello han dedicado el mes de enero a analizar, esquematizar, y planificar la manera factible para cuidar la salud y a la vez, brindar una educación efectiva. Han sostenido reuniones con los padres de familia para que el trabajo sea en conjunto, haciéndoles ver los detalles para que se pueda dar un año escolar con cierta normalidad. La incertidumbre es la que prevalece, pero no limita.
El municipio de Momostenango, se ubica en el tablero de alerta en color amarillo, esto les ha permitido según lo establecido por el nivel de alerta, iniciar clases en todas las escuelas con el 50% de asistencia del alumnado, quienes acudirán a clases dos veces por semana, guardando las medidas necesarias de salubridad durante dos horas.
La Escuela Oficial Rural Mixta del Paraje El Mirador, del Caserío Jutacaj, es una de las escuelas que ya ha brindado la inducción al alumnado, guardando la distancia, ambientando el espacio con las instrucciones para el cumplimiento del protocolo y estableciendo las normas propias de cada maestro para empezar las clases. En el tiempo dedicado a clases, los niños no gozarán de recreo ni refacción, por lo que, se ha entregado la alimentación a los padres para que la consuman en casa y lleguen solamente a recibir clases.
En San Cristóbal Totonicapán, la ejecución del plan ya está en marcha, dado que, hasta el 18 del presente mes, según actualización del nivel de alerta por región, se encuentra en alerta naranja.
Siendo un pueblo relativamente pequeño, las escuelas sufren de desigualdades. Tal es el caso de la Escuela Oficial Juan Bautista Gutiérrez, que por ser céntrica agrupa en cada aula más de 60 alumnos, lo que ha llevado a considerar a los maestros que recibirán una sola vez a la semana a los alumnos, distribuyéndolos por grupos durante la semana con el objetivo de atender a todos y evitar aglomeraciones. A la vez, han dejado a criterio de los padres enviar o no a los niños, pero con la condición de que una vez por semana deben entregar y recibir tareas.
En el caso de la Escuela Oficial Urbana Mixta Barrio la Independencia, tiene ventaja en cuanto que los alumnos por grado son de 16 y hasta 25 alumnos, debido a ello, han considerado necesario intercalar a los alumnos en dos grupos, el primer grupo asistirá 2 veces por semana y el segundo grupo 3 veces por semana. En esta situación podrán recibir clases más personalizadas y 5 días de clases cada dos semanas en un lapso de tres horas. Los padres de familia han mostrado satisfacción por esta forma en que sus hijos recibirán una mejor educación, personalizada y acorde a las medidas sanitarias.
Otro municipio ubicado en color amarillo es San Francisco El Alto, donde los centros educativos también han iniciado clases con un 50% de asistencia de alumnado, en la que se prevé que las clases se den lo mas tranquilo posible, teniendo como elementos importantes una buena educación y el resguardo de la salud.
Por el lado de los centros privados, mantendrán educación a distancia, con asistencia presencial solo en caso necesario, de lo contrario prefieren la virtualidad, lo que implica que los padres de familia deberán cumplir con los requerimientos necesarios para que la educación de sus hijos no se estanque.
En los centros de nivel básico y diversificado, que en los municipios son escasos, no podrán recibir a los alumnos presencialmente por la cantidad que supera la capacidad de las aulas, ellos estarán estudiando en casa, recibiendo tareas y entregando en fechas establecidas por cada centro.
Si bien es un año en medio de la incertidumbre y peligro por la pandemia, es admirable ver en cada rostro el sueño de niñas y niños de seguir con su educación, los padres de familia además del empeño por cuidar la salud de sus hijos, se sienten esperanzados en que tanto el esfuerzo de ellos, de sus hijos y de los maestros se logrará sacar avante este ciclo escolar.
Fuera del interés y aporte del Estado, la acción y compromiso de estos tres actores: padres, maestros y alumnado trabajan con ahínco por propiciar una educación digna, es lo que destaca. Es la población que saca adelante este país, y quedó demostrado en la inauguración del año escolar el pasado 22 de febrero con el discurso de los personajes que asistieron, quienes señalaron que el gobierno no muestra como prioridad a la niñez, la salud y una educación digna.