Víctor M. Ruano P.
Diócesis de Jutiapa
F4gt.com
Jutiapa, 10 de mayo, 2021
Un saludo cargado de gran admiración y respeto a las madres de Guatemala, tanto las del mundo rural como urbano, como las que tuvieron oportunidad de participar en el sistema formal de educación y las que quedaron excluidas; asimismo las que tiene un compañero de vida, como las que navegan solas, pero con el cariño de sus hijos y en contra de la indiferencia y marginación de la sociedad. Admiración y respeto a estas madres.
También un abrazo de mucha fortaleza a las madres que sufren el impacto de la enfermedad; un recuerdo agradecido a aquellas madres que ya partieron a la trascendencia, dejando una huella imborrable en el corazón de sus hijos y de su esposo. Ellas nunca jamás se olvidarán.
A toda mujer que asume la vocación de ser madre como el horizonte para construir el verdadero sentido de la vida, como aquella que se siente realizada con solo el hecho de ser mujer y desde esa identidad aporta con su “genio femenino” y sabiduría a la sociedad en la que vive, nuestro más alta estima y respeto.
El Día de la Madre, por el rol tan importante de ellas en la vida de todo ser humano, tendrían que ser aprovechado para repensar el rumbo de nuestra sociedad con la participación igualitaria de la mujer, sobre todo cuando la cultura del patriarcado y del machismo se impone con toda su fuerza en todos los ámbitos de la sociedad, desde el económico-político hasta el familiar e íntimo.
El desarrollo integral de una sociedad pasa por el rol de la mujer y de la familia, desde políticas de promoción humana hasta abrir espacios de su participación igualitaria sin prejuicios de ninguna clase.
Desde una perspectiva ética, el rol de la mujer, y específicamente de la madre, es clave para luchar contra la desnutrición infantil, el drama de la migración forzada, los índices de violencia e incluso familiar, también hasta la lucha contra la progresiva destrucción del medio ambiente y la contaminación de nuestra “casa común”.
Ellas pueden abrir espacios más humanos y comunitarios para no caer en las redes del individualismo, del libertinaje sexual y del crimen del aborto.
Desde una perspectiva política, entendida esta actividad humana como la que busca el bien común, ofreciendo bienestar a todos y empujando a las sociedades hacia el desarrollo humano e integral, se avanzaría muchísimo si contáramos con la participación de la mujer, de la madre y de la familia.
Y desde la perspectiva cristiana es indiscutible el rol de la madre, para que cada familia sea un santuario de la vida, una “iglesia doméstica”; ellas son importantes para la comunicación y vivencia de la fe, para enseñar a orar, para promover afectos serios y profundos, para hacer prevalecer el perdón en la vida cotidiana, para enfrentar la dureza de la vida con la ternura maternal y para propiciar la serena adhesión a la voluntad de Dios.
Sin la participación de la mujer las sociedades van al colapso, sin la presencia de las madres toda sociedad se deshumaniza. No permitamos que la prepotencia de la sociedad machista anule la presencia de la mujer y opaque el rol de la madre. Feliz día a todas las madres.