Texto: Teresa Son. Totonicapán
Aurora Nohemí Chaj (Quetzaltenango 1986) es mujer maya k´iche´, diseñadora, bordadora, arquitecta, poeta y compositora e intérprete autodidacta. Productora de música experimental basada en geometría maya de arte textil de los pueblos originarios. Innova en la música con contenido político de reivindicación de mujeres y pueblos mayas, en la producción del género musical neomaya -recuperación de raíces prehispánicas- rescata valores ancestrales combinados con sonidos electrónicos e instrumentos propios de su cultura.
La música es para Aurora Nohemí una vena ancestral que la traspasa. Aprendió a cantar y a ejecutar instrumentos desde casa. De su familia ha heredado ese talento. La música desde la cosmovisión maya, más que una conceptualización, es una práctica de resistencia explica, por ello, se siente comprometida a continuar con ese legado.
Su recorrido
Su amor por la música nació al poder practicar con los instrumentos musicales de su familia. Su primer instrumento lo recibió como regalo de su padre cuando tenía siete años. El primer lugar público para cantar fue en la Iglesia de Dios del Evangelio Completo en Olintepeque, Quetzaltenango, donde participó como parte del ministerio de alabanza, espacio donde descubrió la necesidad de reivindicar el talento de las mujeres.
La itinerancia en la música la llevó en el año 2015, junto a sus amigos del Movimiento Maix, a cantar temas de protesta: covers de artistas como Violeta Parra, Facundo Cabral, Los Guaraguao. A partir de ese año, empezó a trabajar en canciones de su autoría que venía escribiendo desde años anteriores.
El punto crucial para enfocar su género y contenido musical es a partir de la experiencia de discriminación que vivió desde niña. En la escuela fue discriminada por ser mujer indígena, en la Universidad también sufrió discriminación, hecho que la forzó a abandonar por un tiempo su indumentaria maya, pero que la llevó a finalizar la universidad confrontándose a sí misma, lo cual resultó en su decisión de reivindicar su identidad como mujer maya: “para mi acto de graduación yo fui con mi traje ixil, me acuerdo que mi mamá me compró un traje y me sentí muy feliz, porque fue como una situación personal que yo no le dije a nadie, pero para mí fue un momento muy importante de no avergonzarme quién soy”.
Aurora nos explica que en el ámbito musical la discriminación por ser mujer indígena persiste: “A mí todavía no me toman en serio”, dice al referirse a personas e instituciones que no la ven como una artista. En ocasiones le ha tocado explicar su trabajo para que la consideren como profesional. Hasta el punto de tener que decir no a proyectos, porque pareciera que me están haciendo el favor y así no puedo, porque es necesario dejar precedentes y salir adelante, argumenta. El camino como arquitecta y artista no le es nada fácil pero sus convicciones y la fuerza ancestral que la acompañan le llevan a cantar desde la experiencia de las mujeres mayas.
La situación de violencias que padecen las mujeres en Guatemala y en específico las mujeres mayas, son razones que le impulsan a escribir y cantar a las niñas, a las mujeres, a las abuelas, a la creación. Es necesario que nuestras voces sean escuchadas porque “como no nos creen, hasta que hacemos las cosas, en mi caso, hasta hacer mi EP” explica Aurora.
Otro momento significativo para afinar su causa, fue a partir del encuentro que tuvo con mujeres como Débora Rahel y Quetzali Awlbitz, mujeres que hacen música desde la resistencia y que son parte del proyecto experimental de música Ch’umilkaj, desarrollado a partir de un proceso comunitario. “Eso me inspiró; yo dije, no es necesario que esto vaya a un nivel muy alto de producción profesional para abrir brecha para las mujeres, entonces el deseo de que nuestras voces sean escuchadas me impulsó”, afirma.
Empezó a grabar en casa con un teléfono celular nada moderno, con un par de audífonos, con una computadora y un par de juguetes ancestrales que había comprado en la feria de Chiquilajá en Quetzaltenango. Así surgieron sus primeras canciones con 90% de trabajo en casa. Y este año lanzó su primer álbum “Chu’mil” con 8 temas musicales.
Cómo se vive de forma saludable la arquitectura en la comunidad
Aurora Nohemí es graduada de arquitecta de la Universidad San Carlos de Guatemala, además de ser la primera mujer arquitecta maya en su comunidad, es de las pocas arquitectas que aplican su conocimiento a la recuperación de los saberes ancestrales, descubriendo una conexión entre la música y los diseños arquitectónicos.
Arquitectura saludable es el término que Aurora le da a la estructura física que permite que los sonidos, la ubicación y la convivencia en la familia y en la comunidad permitan relaciones de sanación con pertinencia cultural. Aurora considera que algunas enfermedades dentro de la comunidad pueden superarse a partir de cambios como “hacer el fuego afuera, teniendo una ventana para ventilación, evaluando la casa si no tiene hongos para evitar problemas en los pulmones, orientando la entrada principal hacia la salida del sol, cosas muy muy puntuales que tienen que ver con nuestra cosmovisión y con nuestros valores”, explica.
La propuesta de arquitectura saludable y con pertinencia cultural según la arquitecta Aurora, supone redescubrir en el arte textil maya qué figura representa a la comunidad, puede ser sus paisajes, una montaña, un volcán, un árbol. Otro paso importante para ella como artista y arquitecta es identificar qué producción musical-casera, se puede recuperar de la convivencia familiar, “yo me imagino si todos en en las comunidades tuviéramos acceso a un teléfono celular y un par de audífonos, qué canciones comunitarias no estarían siendo registradas y qué sonidos propios no tendríamos en la comunidad para acceder a un financiamiento, para empezar a hacer nuestros propios spots radiales para hacer nuestros propios contenidos para Instagram y para las redes sociales.” Proyecto que como cantante y artista le gustaría materializar a través del tiempo.
Aurora encuentra como mujer maya k´iche´, la conexión entre la arquitectura y la música como un hilo que se amarra al otro y ambos se entrelazan y sostienen el tejido. Porque el sonido, el espacio y la calidad de vida están íntimamente relacionados y qué mejor si están inspirados desde los elementos de la cosmovisión.
Sonidos en los tejidos
En el 2020 Aurora realizó la investigación Kem- T’ixom. Nuch’ab’al que significa “Tejido/bordado, mi voz” , la cual supuso un proceso de deshilar los hilos del bordado de los “Po´t” (güipil en k´iche´). Para ello usó dos güipiles del pueblo maya k’iche’, un po’t de Santa Catarina Ixtahuacán , Sololá y un po’t de Cantel, Quetzaltenango con el fin de descubrir la voz del tejido.
La inquietud surgió a partir del experimento de sonidos a través de un programa llamado GarageBand: “Me di cuenta que los sonidos generan formas, técnicamente es la notación musical, son las figuras que representan esos sonidos. La figuración actual es el pentagrama, esa figura tiene un sonido, empecé a investigar sobre la notación; la occidental tiene años, pero en la antigüedad hay figuras que representaban sonidos distintos a la occidental. Y a mí me ha gustado la geometría y en los textiles hay mucha geometría, las formas nos habitan todos los días, en el arte, en el agua, en la naturaleza. Me apasiona la reivindicación de la identidad como mujeres indígenas”. Afirma y continúa: “Recuerdo que vi a mi mamá con un güipil, me imaginé los sonidos que generaba. Para descubrir qué sonidos tienen las geometrías, compré dos güipiles, desarrollé el proyecto. En la cuestión del sonido hay números que son el BPM; cantidad de impulsos y compás. La geometría tiene números y con fórmulas podemos encontrar área y perímetro”.
Al deshilar el bordado Aurora calcula las distancias de las formas que tiene el güipil, “las medidas que usamos las tejedoras para cuantificar son los dedos, empecé a contar cuantos dedos ocupa una flor, cuántos hilos en los tejidos. Un proceso de vectorización de forma; los tracé por computadora, hice cálculos y encontré números muy bonitos como el 20 que se relaciona con el año lunar, el 2, el 5… empecé a descubrir números que se conectan con la cosmovisión. Ingresé las formas al programa con una serie de 20 estrellas, que están en el güipil de Santa Catarina Ixtahuacan, por eso yo le llamo el sonido de las estrellas que se va generando”.
Ch´umil es el nombre en k´iche´de la estrella. A esta generación de sonidos Aurora agrega su voz, tambores de piel, juguetes ancestrales y sonido de maqueta, esta obra se encuentra en un nivel más profesional que está contenida en su Álbum también llamado C´humil.
Dentro de sus proyectos presentes, Aurora trabajó una figura geométrica de estrella maya k´iche´ en un chachal (collar), el cual lanzó a finales de junio e inicios de julio a través de un concierto en Quetzaltenango.
Para Aurora la investigación ha sido importante para adentrarse en el universo del arte de los tejidos, le ha llevado a reivindicar el diseño, la identidad cultural, la geometría, las ciencias exactas y los sonidos contenidos en los tejidos por las comunidades.
Por eso, enfatiza que en la comunidad maya, las y los tejedores son imprescindibles para el desarrollo de la comunidad, porque contienen sabiduría y conocimiento científico. Quienes además deben ser reivindicadas y reivindicados por su arte con una remuneración justa.
El arte textil expresa, es para todas y todos, “pero la apropiación cultural injusta, en la que personas explotan a otra persona adueñándose, apropiándose de su imagen, de su identidad, de sus valores, de sus conocimientos, de su sabiduría para enriquecerse a sí mismo o a sí misma, eso me parece un delito realmente y es un delito porque mientras hay empresas que se están haciendo ricas, hay mujeres que están siendo violentadas en sus hogares porque no tienen una autonomía económica con su arte”. Los sonidos que los tejidos evocan según lo ha descubierto Aurora Nohemí, son para crear y para darle música a la vida y no para reducirla.
Proyectos a futuro
Plantea en un futuro próximo procesos de intercambio de conocimiento en las comunidades sobre la cosmovisión maya desde la música y desde la arquitectura con el fin de rescatar los valores culturales, la geometría, los sonidos, los colores y las ciencias exactas en los tejidos. Otro de sus proyectos es incursionar con una propuesta más elaborada sobre arquitectura saludable con pertinencia cultural. Así como la realización de propuestas de geometría y simbología maya para tejidos u otros usos que permitan transmitir a las siguientes generaciones el conocimiento ancestral que ha heredado.
Siendo su música de género neomaya y con propuesta original, tiene el reto de introducirse en la industria musical en el país y a nivel internacional.
Aurora culmina esta entrevista agradeciendo:
«Quiero decir a las mujeres muchas gracias porque siguen sonriendo, siguen creyendo que un mundo mejor es posible, a pesar de tener tantas cosas en contra son un pilar importante, fundamental y trascendental en cultura, en la historia. Segundo invitarlas a apoyarnos, es tan importante que las mujeres nos unamos porque hay tantas divisiones. Por favor unámonos porque cuando nosotras nos unamos vamos a poder defendernos del agresor, del violento, del abusador de nuestras casas. Si todas las mujeres nos respaldamos compraremos nuestra música, nuestro arte, nuestros productos.”
Aurora cree en el talento de las mujeres mayas y de los pueblos que se desarrollan día a día a través de los tejidos, por ello en su álbum comparte los sonidos de los tejidos, la sabiduría, lucha y resistencia de las mujeres. Para apoyar el trabajo y aporte de la artista y arquitecta Aurora Nohemí, pueden hacerlo comprando su álbum con Q100.00 a través del correo aurora.nohemi.art@gmail.com.