Por Teresa Son. Totonicapán
“Soy maya hablante k’iche. Me siento comprometida de estar representando a las mujeres que a través de mí, manifiestan su sentir, su pensamiento, haciendo valer su voz y voto”.
Virginia Pú, protesorera 48 Cantones.
Rosa Virginia Pú es la actual protesorera de la junta directiva de los 48 Cantones Totonicapán, para el periodo 2021-2022, siendo la única mujer entre nueve personas que conforman la junta directiva de alcaldes del gobierno comunitario más influyente y con más de 500 años de tradición ancestral a nivel nacional.
Creció en la zona 3 del municipio de Totonicapán, en una casa alquilada. Rosa se define así misma como la “mano derecha” de su madre. Segunda entre nueve hermanos, de quienes se hizo responsable cuando su progenitora falleció. Vive en el paraje Pacoc de Xantún desde hace 23 años. Madre de una adolescente y un joven quienes le dan todo su apoyo.
Actualmente es la Vicealcaldesa de la comunidad de Xantún, Totonicapán, lo cual le permite representar a su comunidad en la junta directiva de los 48 Cantones. Para obtener el puesto, Rosa pasó por tres filtros. Primero, fue elegida como parte del gobierno comunitario en el paraje Pacoc, segundo, como vicealcaldesa en el cantón Xantún, y tercero, en asamblea general el primer sábado del mes de noviembre de 2021 fue nombrada protesorera.
La junta directiva de los 48 cantones estructuralmente es la “junta de juntas”, que tiene la autoridad después de la asamblea conformada por los 48 alcaldes del municipio. Es importante aclarar que las decisiones tomadas dentro de la junta, poseen carácter democrático y de asamblea, razón por la cual Rosa Pú, a lo largo de los 14 meses que ocupará el cargo, se ha propuesto dedicarle tiempo, energía, sabiduría y recursos para ejercer su labor.
La experiencia que la respalda
Una de las principales características que la asamblea busca en la persona que elegirán para dirigir, es la experiencia.
Por su historia de vida, Rosa desde muy joven desarrolló destrezas en distintas áreas.
Ejerció como maestra durante más de 30 años; en 1988, segundo año de sus estudios magisteriales, empezó a alfabetizar todos los fines de semana en Chuischimal y Panquix Ad Honorem, con el apoyo del Comité Nacional de Alfabetización (CONALFA). Se graduó como maestra de educación primaria urbana y ese mismo año -1989- empezó como subdirectora en el Instituto Indígena de Nuestra Señora del Socorro en la Zona 1, ciudad capital.
La actual vice alcaldesa de Xantún y protesorera de los 48 Cantones tiene un especialización en Técnico en Traducción Legal en el idioma K’iche, lo cual le ha permitido abrirse puertas con paso firme.
En 1990 trabajó en la Comisión Organizadora del Fondo de Inversión Social en el proyecto de Naciones Unidas con organización comunitaria en el área de Totonicapán Quetzaltenango.
Caminó y convivió con las 156 comunidades del Ixcán Quiché en 1991 y 1992, apoyando como extensionista agrícola, elaborando con la población planes de desarrollo comunitario de forma integral en cada una de las comunidades “Es ahí donde me di cuenta de la realidad de mi país que me pegaba duro, pese a la pobreza que yo vivía, me di cuenta que había más pobreza” comparte Rosa.
También desarrolló programas para el empoderamiento de las mujeres. Lo anterior surgió al ir a la ciudad capital a firmar un informe con Naciones Unidas, donde conoció el «Programa Prodere» para el área del Ixcán, Quiché.
La realidad de las comunidades del Ixcán trastocó la vida de Rosa, por la desesperanza enraizada en los repatriados, por las vivencias todavía frescas en ellos por el conflicto armado interno. Su trabajo fue arduo y con la convicción de apoyar a las comunidades, en sus experiencias comparte: “caminando iba de comunidad en comunidad, yo era la única mujer entre varones en el Ixcán”. Por ello, luchó para que se organizaran porque las comunidades ya no tenían confianza en el Estado. Rosa les decía: “miren yo soy de Toto ténganme confianza, vengan, organicémonos. Y poco a poco se fueron agregando”, logrando con la participación colectiva introducir proyectos de priorización. Además, en sus tiempos libres aprovechó la oportunidad generando espacios de educación a jóvenes.
Siguiendo el consejo de su madre: “quédate en el magisterio, puedes educar, difundir y multiplicar”, eligió dedicarse a tiempo completo a la educación, lo cual asegura no fue una práctica de cuatro paredes sino de actividad enlazada al desarrollo comunitario. Durante sus años como maestra logró la articulación magisterial, con quienes gestiona proyectos de introducción de carreteras en el departamento.
Entre sus experiencias dentro del servicio comunitario en Pacoc se encuentran: presidenta y secretaria del Comité fiscalizador, secretaria del proyecto de agua de María Chú y proyectos de drenaje.
La confianza que la comunidad deposita en ella es por la misma vivencia que día a día ven reflejada en ella.
Qué significa ocupar un puesto como mujer dentro de la junta directiva
Para Rosa el ocupar un puesto directivo en los 48 Cantones es una gran responsabilidad, “mi comunidad, al elegirme me da la confianza y yo asumo el compromiso de velar por el bien integral de todos”. El día de la postulación solamente dos mujeres optaron a la directiva, siendo ella la elegida como Protesorera de la junta. Es también un compromiso específico con las mujeres, explica Rosa: “Soy la voz de todas las mujeres totonicapenses que buscan sus derechos y espacios”.
En la historia del poder comunitario en el departamento de Totonicapán muchas mujeres ejercen dentro de los distintos comités, en este año, en el cantón Xantún 12 de 18 autoridades son mujeres dentro de la comuna. Históricamente pocas mujeres han liderado dentro de la junta directiva. En el año 2012 Carmen Tacam fue la primera presidenta de la junta directiva de 48 cantones y actualmente se ha sumado Rosa como Protesorera.
La participación de la mujer en el poder comunitario está condicionado por el rol que la sociedad ha impuesto. Esta realidad preocupa a Rosa porque para que haya participación se requiere de tiempo completo, una economía sólida, fuerza física y mayor educación; realidades que les son negadas a la mayoría de mujeres porque el sistema las limita con poca educación, el desgaste físico dentro del hogar, el chisme que desencadena la participación de la mujer en espacios de liderazgos, entre otros factores de discriminación y subestimación.
En el caso de las mujeres comunitarias, muchas poseen la sabiduría y el deseo de aportar en el mejoramiento de su comunidad, ya lo hacen desde los distintos espacios, pero obtener el liderazgo supone un doble esfuerzo. Tal es el caso de Rosa quien siente la vocación del servicio a su comunidad y se enorgullece de aportar como parte de la junta directiva. Asegura que tiene el privilegio de contar con el apoyo de su suegra e hijos quienes incondicionalmente le facilitan su participación. Esta experiencia de Rosa puede ser un ejemplo para todas las comunidades, para que las mujeres puedan participar “los padres, hermanos, hermanas, compañeros de la comuna y vecinas deben de propiciar el espacio y los recursos para que las compañeras participen, porque el servicio es muy demandante y ad Honorem”.
Con el fin de motivar la participación de las mujeres en el liderazgo comunitario Rosa invita a las más jóvenes a involucrarse, a seguir luchando por los derechos de las mujeres buscando alternativas de participación dentro del gobierno comunitario. También explica a Factor 4 que pese a que existen varios programas desde instituciones gubernamentales y no gubernamentales enfocado a mujeres, Rosa se compromete a velar para que estos programas logren su objetivo y no quede la inversión monetaria solamente en gastos administrativos sino que llegue a afectar positivamente en la calidad de vida de la mujer totonicapenses. Asegura que si se emplean bien los programas estatales, se reducen las violencias contra las mujeres y la migración forzada, posibilitando mayor participación femenina dentro de los espacios del gobierno comunitario.