Este artículo hace parte de una serie de siete partes que describe la evolución del crimen organizado en la política guatemalteca.
Por Alex Papadovassilakis Y Edgar Gutiérrez / Insight Crime
Con la contribución de Jody García.
Hay pocos ejemplos mejores de la batalla por el control del Estado guatemalteco que la candidatura de Carlos Pineda Sosa, quien fue descalificado de las elecciones semanas después de encabezar las encuestas. Su ascenso y posterior declive, y el de su partido político, permiten observar el poder de las élites emergentes en la periferia, y la capacidad de ciertos actores para obstaculizar a cualquiera que no se ajuste a sus reglas.
La aparición de Pineda como candidato presidencial en las elecciones de Guatemala de 2023 tomó por sorpresa a la mayoría, incluida la clase dirigente. Pineda, un novato político y empresario de la élite emergente con una popularidad derivada de su retórica antiestablecimiento y un considerable número de seguidores en las redes sociales, no tenía vínculos claros con la alianza que orbitaba alrededor de la administración Giammattei ni con las élites del sector privado. Su repentina llegada hizo saltar las alarmas entre los bloques políticos que temían que su elección pudiera alterar la sincronización del poder entre ramas claves del Estado. Más tarde, los tribunales lo eliminaron a él y a su partido de las elecciones.
Pero aunque Pineda pudiera ser ajeno, no puede decirse lo mismo de su partido, Prosperidad Ciudadana (PC). La lista electoral del PC estaba repleta de candidatos con dudosos vínculos con intereses corruptos y el submundo del narcotráfico. También había indicios de que destacados miembros del bloque más influyente de Vamos del presidente Alejandro Giammattei tenían intereses en Prosperidad Ciudadana.
Carlos Pineda: un comodín
Carlos Pineda se diferenció de los demás candidatos presidenciales en la medida que su candidatura fue autosuficiente. Su campaña fue impulsada por su inmensa popularidad en redes sociales en vez de una campaña tradicional —al momento de publicación de este informe, Pineda tenía más de un millón de seguidores en TikTok, superando a todos los demás candidatos. También parecía ser económicamente autosuficiente gracias a una considerable fortuna personal procedente de las hazañas comerciales de su familia.
El abultado capital financiero de Pineda proviene de un conglomerado regional de empresas de transporte, logística portuaria, agricultura y compañías de gasolina, operadas por la familia Pineda desde su base en el noreste de Guatemala. La fortuna de Pineda no era ningún secreto, y parecía ser parte de su atractivo. Su ascenso en las redes sociales se debió en parte a los vídeos virales que documentaban sus esfuerzos por distribuir ayuda a las víctimas de los huracanes utilizando un helicóptero personal en 2020.
Los orígenes de la riqueza de la familia se remontan al padre de Pineda, Carlos René Pineda Rossell. Pineda Rossell afirma haber formado parte del equipo de seguridad de un comandante militar llamado Carlos Manuel Arana Osorio, que tenía su base principal en la provincia oriental de Zacapa durante la guerra civil guatemalteca. Arana Osorio, conocido como el «Chacal del Oriente» por sus brutales hazañas durante la guerra, llegó a la presidencia en 1970 y nombró a Pineda Rossell miembro de la prestigiosa guardia presidencial.
Estas conexiones en tiempos de guerra supusieron un trampolín para Pineda Rossell. Creó una empresa de transportes, Transportes Pineda Rossell, que durante mucho tiempo ha transportado bananos y otros productos para exportadores de fruta estadounidenses, como United Fruit Company y Del Monte. En la actualidad, el conglomerado familiar se ha diversificado y expandido por Centroamérica y México, sustentando la riqueza de la familia y proporcionando una amplia flota de camiones capaces de transportar diversos tipos de productos por toda la región.
Los aliados políticos de Pineda, pasados y presentes, plantean interrogantes. Antes de convertirse en el candidato presidencial del PC, Pineda iba a presentarse a las elecciones presidenciales con Cambio, un partido formado en 2022 por los hijos del ex candidato presidencial y condenado por lavado de dinero, Manuel Baldizón. Cambio también se convirtió en un vehículo para otros candidatos sospechosos, entre ellos Esduin Javier Javier, alias «Tres Kiebres«, un alcalde y ahora candidato al Congreso a quien las autoridades guatemaltecas han vinculado con el narcotráfico. Pineda abandonó el partido en enero, después de que Baldizón regresara a Guatemala y supuestamente intentara imponer su autoridad en el partido.
A pesar de su salida de Cambio, la candidatura de Pineda por el PC podría haber proporcionado una vía de acceso al poder a actores vinculados al narcotráfico. Al igual que el partido Vamos del presidente Alejandro Giammattei, un notable contingente del ahora desaparecido partido Unión del Cambio Nacional (UCN) –anteriormente tildado de narcopartido por el gobierno estadounidense– gravitó hacia Prosperidad Ciudadana. La UCN también constituyó un pilar clave de apoyo a Vamos en el Congreso durante el gobierno de Giammattei.
Entre los funcionarios destacados de UCN con Prosperidad Ciudadana se encontraba Freddy Salazar Flores, miembro del Parlamento Centroamericano (Parlacen) que fue sancionado en 2022 por Estados Unidos por «transportar y almacenar cocaína» para una red de narcotraficantes guatemaltecos llamada los Huistas. La candidatura de Salazar a la reelección con Prosperidad Ciudadana fue rechazada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). En su lugar, su madre y su esposa ocuparon los dos primeros puestos de la lista de candidatos del PC al Parlacen. La esposa de Salazar, Danury Lizeth Samayoa Montejo, es hija del presunto líder de los Huistas, Aler Samayoa, uno de los narcotraficantes guatemaltecos de más alto perfil buscados por Estados Unidos. La hermana de Salazar, Elisa Judith Mejía Salazar de Rozotto, está casada con otro presunto líder de los Huistas, Juan Bautista Rozotto López, y se presentó como candidata al Congreso por Prosperidad Ciudadana.
Otros candidatos al Congreso de Prosperidad Ciudadana vinculados al partido fueron José Roberto Goubaud, asesor de UCN y exdirector del mayor puerto comercial de Guatemala, Puerto Quetzal. También estaba Jenner Ernesto Barrios, candidato del PC al Congreso y antiguo asesor de Vivian Preciado Navarijo, diputada de la UCN cuya familia está fuertemente vinculada al narcotráfico en la costa Pacífica del país.
Pineda también podría haber tenido vínculos con la UCN. Antes de las elecciones de 2019, informes de la prensa guatemalteca sugirieron que se presentaría como candidato vicepresidencial del partido. Pero esto nunca se hizo oficial, y Pineda negó el vínculo. Durante esa campaña, el candidato presidencial de UCN, Mario Estrada, fue detenido por las autoridades estadounidenses bajo sospecha de narcotráfico y posteriormente se declaró culpable de conspirar con el Cartel de Sinaloa de México para traficar drogas utilizando la infraestructura estatal guatemalteca. El compañero de fórmula de Estrada en esa campaña, Otto Javier Castillo Valenzuela, también se unió a Prosperidad Ciudadana como candidato a la alcaldía de Villa Nueva, uno de los municipios más grandes y codiciados de Guatemala, con un abundante presupuesto municipal.
El comodín se encuentra con el statu quo
Desde el principio, la relativa independencia financiera y política de Pineda representó una amenaza para el statu quo. Aunque los orígenes precisos de la riqueza de Pineda son confusos, parecía tener capital más que suficiente para rechazar contribuciones privadas a su campaña y evitar pactos electorales por la puerta de atrás que suelen comprometer a los presidentes una vez en el poder.
Las tensiones se vieron mitigadas en cierta medida por la presencia de la secretaria general del PC y candidata al Congreso, Lilian García Contreras. Antes de unirse a Prosperidad Ciudadana, García Contreras fue diputada por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en Alta Verapaz, donde ha trabajó estrechamente con el bloque de Vamos en el Congreso y en la presidencia.
La proximidad de García Contreras a los círculos gubernamentales sugería que el bloque del partido en el Congreso podría permanecer leal a la clase dirigente a pesar de la retórica antiestablecimiento de Pineda. Al principio, parecía un gana-gana. Los funcionarios del PC, incluida García Contreras, parecían haber visto la oportunidad de llegar al poder a través de Pineda. Y aunque Pineda tenía poco control sobre sus candidatos al Congreso, disponía de un vehículo con el cual llegar a la presidencia.
No obstante, surgieron tensiones. Aunque el PC parecía estar conectado con los círculos oficiales de poder, Pineda seguía siendo un comodín. En otras palabras, una presidencia de Pineda significaba una posible reconfiguración del statu quo, que otorgaría a un nuevo bloque de poder el control del Ejecutivo y de sus numerosos botines políticos y financieros, al tiempo que debilitaría la influencia de la clase dirigente.
A principios de mayo, y mientras Pineda se disparaba en las encuestas, el antiguo partido de Pineda, Cambio, presentó un requerimiento judicial alegando irregularidades en una de las asambleas preelectorales de Prosperidad Ciudadana, celebrada a finales de 2022, con el fin de hundir la campaña del partido. Y el 19 de mayo, un tribunal administrativo suspendió provisionalmente la candidatura de Pineda, así como la de todos los candidatos del PC. Pineda y Prosperidad Ciudadana presentaron recursos de apelación por separado ante la Corte de Constitucionalidad con la esperanza de revocar la decisión del tribunal administrativo. Pero pocos días después, García Contreras retiró el recurso de apelación del PC, dejando a Pineda solo.
El 26 de mayo, la Corte de Constitucionalidad denegó el recurso de Pineda, excluyéndolo oficialmente de las elecciones.