El 75 % de los puestos distaban a menos de un kilómetro de la carretera principal. La información se desprende del atlas elaborado por Laboratorio de Datos.
Por Mariajosé España
Durante la pandemia se habilitaron 1 mil 509 puestos de vacunación. Si eran muchos o pocos, lo más importante era saber dónde los colocaron, pues su ubicación fue clave para el alcance de las personas a las dosis contra la covid-19.
Según el atlas de vacunación creado por Laboratorio de Datos, el 75 % de estos se encontraban a menos de un kilómetro de carreteras principales. La lectura de su director, Óscar Chávez, es que las comunidades más lejanas tuvieron menos acceso a los servicios de salud.
Los puestos de vacunación dejaron de funcionar pese a que 7.78 millones de dosis disponibles no se aplicaron y se vencieron. En 2022, Guatemala dejó de comprar vacunas contra el coronavirus.
Guatemala no cumplió la meta impuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la de inmunizar al 70 % de la población. El país quedó muy lejos de lograrlo con solo el 41 % de personas con esquema completo de vacunación, consigna el atlas.
Y ahora con vacunas vencidas. Hay planes –eso, planes– de compra, dijo a Ojoconmipisto el ministro de Salud, Francisco Coma. «…espero que en muy corto plazo podamos informar de que están disponibles», anunció el funcionario, aunque su cartera se abstuvo de informar cuántas vacunas comprará y a quién.
De aquel 13 de marzo de 2020 al confirmarse el primer caso con la enfermedad y se declaró en emergencia nacional el país, transcurrieron 43 meses. Hoy es posible identificar a las poblaciones más abandonadas y dónde más se siente la desigualdad.
Un centro de vacunación por municipio
El 4 de abril de 2020 se registró el primer caso comunitario en Patzún, Chimaltenango. A partir del diagnóstico de esta persona, el municipio se encerró bajo estrictas medidas para evitar la propagación de la enfermedad.
El ministerio de Salud estableció de este municipio un cordón epidemiológico conformado por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), el Ejército y la Policía Municipal que patrulló las calles para evitar que la gente saliera y contagiara a más personas.
Sin embargo, cuando le tocó enviar vacunas a la población, solo habilitó un centro en este lugar. En Patzún se vacunó el 58.3 % de la población con esquema completo.
Puedes hacer clic aquí e ir al Atlas de la Vacunación Covid-19 en Guatemala
“Fuimos el primer municipio al que nos encerraron por un caso comunitario. La población trabajadora de Patzún en otros departamentos fue discriminada por este tema y algunos fueron despedidos de sus trabajos”
Marta Ajú, vecina del municipio.
Señaló al alcalde de no ofrecer información certera para la campaña de vacunación, en general, de manejar mal la pandemia. Hubo personas que optaron por no inmunizarse debido a esas carencias para comunicar.
Municipios con un centro de vacunación habilitado
De los 58 municipios que tuvieron un centro de vacunación, la tercera parte estuvo por debajo del 50% de cobertura.
[ngg src=»galleries» ids=»38″ display=»basic_slideshow» autoplay=»0″ arrows=»1″]Según los criterios del ministerio de Salud Pública, cada puesto de vacunación tenía la capacidad de atender alrededor de 34 mil personas. Sin embargo, en municipios como Joyabaj, Quiché, donde la población es de 113 mil 217, solo tenía un centro. En tanto Cobán, Alta Verapaz, con el doble de habitantes, tenía siete, registró el Atlas de la Vacunación Covid-19 de Guatemala.
Keyla Sum, enfermera en Alta Verapaz, confirmó que la escasa accesibilidad de los servicios impidió lograr la meta. Junto con la OMS implementaron la estrategia Salud sobre ruedas la cual consistía en movilizar brigadas en vehículos todo camino para llegar a las comunidades más lejanas.
Esto ayudó a subir la cobertura en el departamento. “La vacuna estaba disponible, pero el acceso para llegar a ellas era una de las barreras. Eran las distancias, los malos caminos y la ubicación de los centros”, explicó la antropóloga, Isolda Fortín, quien también participó en Salud sobre ruedas.
Las brigadas las conformaban enfermeros que ofrecían un servicio integral a los hogares a donde llegaron. Es decir, no se limitaron a poner vacunas covid sino aprovechaban para identificar casos de desnutrición, atender a mujeres embarazadas y llevar esquemas de vacunación para niños y adultos.
La pandemia evidenció una vez más que el acceso a los servicios de salud de primera línea sigue lejos. Le faltan recursos al Estado para cumplir el derecho a la salud de las personas.
En Alta Verapaz quedó institucionalizado el programa Salud sobre ruedas, en el resto del país el sistema sigue en deuda.