Por Haroldo Sánchez
Nadie que no viva la dura realidad de los hospitales, puede hablar con propiedad sobre los estragos que está produciendo la pandemia entre la población guatemalteca. Por más que el presidente y su ministra de Salud, quieran “adornar” esa terrible situación en los hospitales nacionales, dos médicos elevan su voz para denunciar con dolor, la irresponsabilidad del gobierno.
La periodista de CNN, Michel Mendoza, subió a sus redes sociales el testimonio que le hizo llegar un médico del hospital provisional de el Parque de La Industria, donde explica con crudeza lo que está sucediendo en ese centro asistencial y cómo los pacientes de la Covid-19 están muriendo cada día porque no hay insumos para combatir este fatal virus.
Luego, una doctora del hospital de Zacapa por medio de un video, exclama su profundo malestar y preocupación ante la dejadez del gobierno, que desde marzo del 2020, no ha hecho absolutamente nada por mejorar los servicios públicos de salud e incluso, se atrevió a mentirle a la población afirmando que se habían implementado “hospitales covid”, entre ellos de esta región del oriente del país, cuando nunca se les preparó para esta pandemia.
Para que ustedes se hagan una idea más clara de estas denuncias, a continuación las transcripciones de lo dicho por ambos profesionales de la medicina.
“Soy medico del Hospital Temporal del Parque de La Industria. Envío este mensaje acerca de la catástrofe que estamos viviendo en el hospital. Y me gustaría que toda la gente estuviera enterada de esto. Hay días en los que contamos con los medicamentos que utilizamos en los pacientes intubados (como midazolam, fentanil, propofol, vecuronio, diazepam, entre otros), que nos ayudan a tener a los pacientes dormidos y sin dolor.
“Sin embargo, la mayor parte de los turnos hemos estado escasos de estos medicamentos, con lo cual los pacientes se despiertan, no se adaptan al ventilador, el cual están conectados y su pronóstico empeora mucho con esto.
“Es muy frustrante para nosotros tanto física como emocionalmente ver a un paciente que estaba respondiendo a la intubación y que por falta de medicamentos su pronóstico empeore y llegue a fallecer.
“Son muchas personas las que fallecen por esta situación y ya estamos cansados de esto. Algo que nos molesta es que las autoridades nos prohíben pedir estos medicamentos a las familias a pesar de que sabemos que con estos el pronóstico de los pacientes podría ser mejor.
“Y es duro decirles a las familias de que estamos haciendo todo lo posible por el paciente cuando esa no es la realidad, es muy doloroso lidiar con tantas muertes que podrían evitarse (en algunos casos), si no tuviéramos autoridades tan incompetentes y apáticas con esta situación.
“Me gustaría que esta situación la supiera la gente para que sepan lo que se está viviendo aquí. Aunque nos quieran callar, me gustaría decirlo de forma anónima porque no es justo para los pacientes ni para las familias lidiar con esto”.
“Al tener alta movilización, el virus se acomoda, hay más maneras de contagio, altas tasas de contagio. Realmente no venimos a discutir que carecemos de insumos (en el hospital de Zacapa), que no tenemos la manera de cómo responder, porque no lo hemos tenido ni ahora ni lo tuvimos desde hace un año. Que realmente si es un poco frustrante, que se haya ofrecido hospitales Covid que no han sacado la tarea, que se hayan ofrecido camas en cuidados intensivos que no se han conseguido.
“Nosotros no tenemos intensivistas, no tenemos neumólogos, escaseamos de terapistas. Esta enfermedad nos está acabando de una manera importante. Nosotros no somos un hospital Covid, no deberíamos ser un hospital Covid, porque somos un hospital quirúrgico, somos un hospital médico, los servicios de pediatría no han dejado de estar saturados. Seguimos atendiendo partos, cesáreas, cirugías; entonces, realmente la pandemia como tal nos ha acabado.
“Tenemos un departamento de medicina interna que está completamente agotado. Es frustrante, porque nadie nos enseñó a que la gente se venga a morir y que no podamos hacer nada. Es frustrante oír a la gente decir que la gente se viene a morir aquí, porque nosotros no hacemos nada. Es porque no hay nada qué hacer.
“Porque es una moneda al aire que tiras. Puede ser que entres a una unidad intensiva de Covid, puede que salgas… Nosotros tenemos un 52 por ciento de mortalidad, eso quiere decir que no toda la gente se nos muere. No a toda la gente le podemos aplicar medicamentos tales como el tociluzu
Tocilizumab(tratamiento efectivo para pacientes hospitalizados por la COVID-19 que presentan hipoxia y evidencia de inflamación) Remdesivir (medicamento antiviral para uso en pacientes leves y moderados), y es un poco la situación de suerte de cada quién y cómo cada quién vaya evolucionando.
“En este momento los círculos se van cerrando mucho más: a más gente contagiada más cercana a nosotros, más gente contagiada hay. Y la vacunación es la única manera con la cual podemos salir, porque sabemos que las medidas de restricción, de movilidad que evitan que el virus se disemine más rápido y contagie más rápido, no va a pasar en Guatemala.
“La única salida que tenemos es la vacunación y al paso que vamos, vamos muy mal. Vamos muy retrasados. Si usted vive en Zacapa, Chiquimula, no tiene los 10 mil quetzales diarios que les cobra un hospital privado, en donde tampoco creo que vayan a hacer mucho.
“En este lugar tuvimos desde hace un año 15 o 16 camas, no tenemos más un año después. En Guatemala, si usted va a Parque de La Industria, al hospital de Villanueva, o al San Juan de Dios, no lo van a aceptar. Y tiene que morirse alguien para que su cama pueda ocuparla alguien y son aproximadamente 60 ingresos diarios que hay en este momento en el país para Covid.
“Entonces, es un poco no jugar a hacer super héroes. Nosotros no queremos esa faceta, pero la gente tiene que estar consciente que si se enferma, al séptimo día se va a deteriorar, al décimo día se va a complicar y van a empezar a venir en la emergencia y nosotros vamos a ser los malos porque no tenemos como ayudarlos”.
Dos médicos, dos testimonios, dos verdades. Esto hace estallar por los aires todos los discursos presidenciales y ministeriales, y tan solo demuestran que la pandemia arrolló y le pasó por encima tanto al Estado, al presidente, a los responsables de Salud, puesto que ni con un eficaz programa de vacunación, estos funcionarios ayudaron a la población.
Al final, como siempre, solo queda la pregunta: ¿Y DÓNDE ESTÁ EL DINERO?