Rebeca Lane : La lucha que persiste y la persona detrás

Rebeca Lane. Fotografia: Refractados.

Texto: Pilar Rodriguez

Las luchas reivindicativas de las mujeres en el mundo, no son exclusivas del 8 de marzo de cada año, por ello decidimos publicar esta nota un día después de la conmemoración del Día de la Mujer para ilustrar que si bien, el 8 de marzo sirve para el acuerpamiento (desde la acción personal y colectiva de nuestros cuerpos indignados ante las injusticias que viven otros cuerpos) y la  unión de la voz colectiva que reclama un mundo justo para las mujeres. Los activismos continúan aún después de pasadas esas 24 horas. Los otros 364 días del año se sigue clamando por un estado que vele por los derechos de todas las personas, por uno en el que las mujeres no necesiten ser valientes, sino puedan vivir en paz. 


Rebeca

La música y Rebeca se conocieron por casualidad. Desde su egreso de la carrera de Sociología de la Universidad San Carlos de Guatemala y de una situación de desempleo vivida en ese momento, unió la experiencia adquirida en un programa de radio (en una emisora de hip hop) con la poesía que la ha acompañado desde una corta edad. Al seguir el consejo de unos amigos que le sugirieron que hiciera poesía en una pieza instrumental de rap quedó fascinada. Desde la primera vez que presentó sus nuevas creaciones tuvo muy buenos comentarios, por lo que empezó a escribir mucho más. 

Rebeca Lane. Fotografía: Refractas

Los 45 minutos en los que se encuentra en el escenario, Rebeca se transforma. Surge desde su interior una nueva faceta que le permite expresarse como artista, encontrar espacios para reflexionar sobre sus luchas, principios y vivencias. “Rebeca Lane es una cantante feminista, súper empoderada y que lo tiene todo claro, pero en la cotidianidad, muchas situaciones pueden llegar a rebasarme, como a todas.” Como Rebeca se describe ha ido cambiando con el tiempo.En su día a día es ella misma, madre y mujer, y como otras mujeres vive las mismas contradicciones y violencias. “Cuando una mujer feminista vive alguna situación de acoso, violencia, etc, siempre se cuestiona el cómo dejó que eso pasara”, menciona.  “La realidad es que esas situaciones nos rebasan porque continuamos viviendo en situaciones de desigualdad.” 

El arte al rescate

Su poesía, su salvación de la desesperanza, fue una válvula para su activismo. Desde los 16 años formaba parte de grupos de familiares de personas víctimas del Conflicto Armado Interno. En ese momento no existían medios independientes y las redes sociales se utilizaban para generar otro tipo de contenido. Se sentía en peligro por su activismo y no existía fiscalización social. Hoy en día, gracias al periodismo comunitario e independiente se tiene información en primera persona y existe visibilidad del peligro que se corre al ser participe de grupos activistas en un Estado que no escucha ni acompaña, sino históricamente reprime. Por esta sensación de peligro, encontró otras formas de sacar esas ganas de luchar que llevaba dentro y las encontró por medio del arte. 

Rebeca denuncia los problemas de Guatemala a manera de encontrar paz mental. 

Es un país en el que es muy fácil sucumbir a la desesperanza.” 

Para ella, el arte es una forma de resistir y de sostener que otro mundo es posible. Cuenta que la esperanza no siempre dura, pero de los momentos en los que sí logra encontrarla en su interior es de los que se ancla para la creación. Cree que en el arte se comparten sentimientos, algo de suma importancia en estos momentos. 

La emotividad del arte permite rescatar los poquitos de esperanza que quedan en las personas. Lo que hacemos transforma aunque no lo podamos ver inmediatamente.”

Una mezcla de alivio y decepción : No ser reconocida en Guatemala como activista

Aunque vive en Guatemala, no es de su país natal del que recibe el mayor ingreso económico. Sus primeras giras fueron en Centroamérica, siendo México el país que la vio florecer. Se le abrieron escenarios mucho más grandes gracias a estas experiencias internacionales. Forjó su carrera en el extranjero, pero sus letras reflejan la realidad del país que la vio nacer: Guatemala.

Rebeca siente que la falta de periodismo cultural, de espacios en los que ejercer su profesión, además de los temas que aborda, han causado una carencia de reconocimiento a comparación de lo que vive en otros países.  

Rebeca Lane. Fotografía: China Diaz

Hay pocos festivales con participaciones femeninas, las mujeres hemos tenido que crear espacios propios.”

Es decepcionante esta falta de reconocimiento en el país, pero también es un alivio. Al ser invitada a conciertos locales, se ha encontrado a sí misma abordando el escenario con miedo. Al aparecer en medios masivos, recibe comentarios violentos y machistas. El nivel de exposición al ser conocida en Guatemala implica una vulnerabilidad ante la violencia, una tan real que puede llegar a manifestarse de manera física y no solamente mediante palabras llenas de odio. Situación que vivió recientemente en redes sociales al expresar que se haría acompañar de su pareja en el Festival de arte en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer de este año. Comentarios en contra de su decisión de vivir una maternidad acompañada, al llevar al padre de su hija al festival en mención, la hicieron decidir no participar haciendo una aclaración en sus redes sociales.

«Quiero contarles que tristemente no podré participar hoy en el Festival Vivas nos Queremos al cual fui invitada por mis queridas Bloque Jóvenas por tercer año consecutivo. El año pasado lo hice embarazada y este año mi ilusión era hacerlo con mi hija al lado.Mi bebé tiene 5 meses y somos lactancia materna exclusiva, nunca nos hemos separado desde su nacimiento, porque ella me necesita tanto como yo a ella. Somos nuestro lugar seguro uno para la otra. Mi plan era que su papá la cuidara al lado del escenario mientras yo cantaba (…)»

En carne propia

Haber vivido violencia en primera persona a los 15 años, pero sobre todo haberla superado, le ha permitido ver hacia atrás e identificar los elementos que no le permitían salir de ese círculo. Además de todo el trabajo interno realizado en terapia, la compasión hacia sí misma ha logrado que Rebeca comparta su experiencia con otras mujeres, además del deseo de que ninguna mujer tenga que pasar por lo que ella vivió. “El golpe es lo último que llega, por lo que es difícil salir de ese círculo de violencias”, dice, y a partir de la conciencia que ha ido creando, las relaciones que tiene han cambiado. 

Rebeca considera que una de las cosas más importantes es romper el silencio. Cuando vivió esa situación, no contaba con conciencia de lo que era la violencia contra la mujer. Cayó en la culpa y en el creer que estaba experimentando aquel horror por sus malas decisiones. Al crear comunidad con otras mujeres, se dio cuenta de que eso sucede por la violencia sistemática contra la que se lucha día con día, a pesar de que se viven desde diferentes perspectivas. El crear colectividad logra que se deje de normalizar la violencia; el acompañamiento, el nombrar las situaciones forman parte del proceso y se necesita contención, amor y cariño que se necesitan durante este despertar a la noción de toda la sistematización de la violencia. 

La magia de la colectividad

En este punto de la entrevista, Rebeca menciona a la activista, cantante y compositora guatemalteca de origen maya kaqchikel, Sara Curruchich, por quien siente un amor y admiración, sentimientos que sabe son mutuos. Rebeca admira la música de Sara pero también quien ella es, la manera en la que se planta ante las situaciones. Es una unión muy amorosa, llena de luchas en común y el colaborar fue una experiencia gozosa. Al realizar el video de Kixampe, se contó con un equipo lleno de mujeres apasionadas por crear algo impactante, entre ellas: Rosalina Tuyuc de origen maya kaqchikel, nacida en San Juan Comalapa, Chimaltenango, activista por la recuperación de la memoria histórica y Lorena Cabnal ,indígena xinca, experta en feminismo comunitario, integrante de la Asociación de Mujeres Indígenas de Santa María Xalapán y apasionada por la sanación de las mujeres y el trabajo territorial.

“Cuando se hacen proyectos así de mágicos, las personas involucradas aportan no solo su experiencia sino su magia.”

Recordemos la indignación

Rebeca fue contactada por los creadores del podcast “La Advertencia», un medio dedicado a contar la historia de aquellos acontecimientos en Guatemala que han marcado con tinta indeleble su historia. La canción elegida por los productores, “Reina del Caos”, nace precisamente en las calles durante lo sucedido en el 2015. Para Rebeca poder acompañar desde la música ese proceso, aporta a la transformación política.

Escuchar el podcast con la música fue impactante para la artista. Sabemos que vivimos en un país en el que pasan cosas indignantes todo el tiempo y por eso, podemos llegar a  olvidar algunas de ellas. El escuchar bajo la voz del actor mexicano Diego Luna las vivencias de los guatemaltecos, encendió de nuevo en Rebeca ese enojo y esa indignación por la injusticia.  Pero afirma que las futuras generaciones podrán observar cada récord de acontecimientos hecho arte y obtener una idea más clara de lo que se vivía en nuestra época; es ahí donde el arte actúa como pieza de la memoria histórica. 

24/7, 365 días al año

El 8 de marzo es una fecha en la que se conmemora la lucha por los derechos de las mujeres. Rebeca, como artista feminista, ha sido invitada a distintas entrevistas y eventos conmemorativos, pero la lucha no se queda en el tercer mes del año y abril no simboliza el fin de las violencias en contra de las mujeres. El 8 de marzo sirve para que las mujeres se encuentren en  espacios en donde las acciones directas, e intervención del espacio público ha servido para que algunos medios de comunicación enfoquen su lente en la pseudodestrucción que creen se causa durante la fecha, y no en todo lo que las manifestantes avanzan durante el resto del año: los 365 días del año se viven acompañamientos, activismos, luchas en los lugares de trabajo, hogares, etc. 

El 8 de marzo es una fecha nada más, la violencia no solo se erradica ese día. Lo que realmente erradica la violencia es el trabajo de lucha y reivindicación.” 

Para que las próximas generaciones vivan el cambio, Rebeca cree que tiene que existir un cambio estructural desde las bases del Estado. Para ella, en el Estado capitalista y nacional como lo conocemos, no es posible una vida libre de violencia. Max Weber, sociólogo, define el Estado como el ente que contiene el monopolio de la violencia. Este uso de medios violentos es intrínseco en la definición de los Estados para las niñas y niños en edad escolar. 

Su canción “Nos Queremos Vivas” habla de cómo sobre lo que otras mujeres siembran por medio de sus esfuerzos,  florecen otros tipos de lucha, cosa que espera suceda en las generaciones próximas. 

El machismo no termina con una ley, con paridad en el congreso, ni con ningún otro tipo de maquillaje que haga parecer que las mujeres estamos siendo incluidas. Mientras haya una sola mujer en cualquier rincón que viva una situación de desigualdad, ya sea por raza o por su condición de mujer, no seremos libres de la violencia patriarcal.”

Texto: Pilar Rodriguez
Edición: Daniela Sánchez Lemus

Por Factor4

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