Son números y datos terroríficos: 200 mil personas perdieron la vida en el Conflicto Armado Interno en Guatemala entre 1960 y 1996 y 45 mil aún siguen desaparecidas. En relación a la entonces población, este conflicto fue el más cruel de toda Latinoamérica. Lo que parece para algunas personas como simples cifras y estadísticas frías, significa para muchas otras, dolor, sufrimiento y luto. Atrás de cada persona muerta y forzosamente desparecida hay una historia y una vida que contar. Para dar nombre, cara y recuerdo a todas ellas, la Oficina de los Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG) presentó el pasado 25 de febrero, el libro «Memorias de Víctimas del Genocidio» y relanzó su memorial virtual bajo el URL www.memorial-genocidio-guatemala.org. Con 3,500 historias de vida esta plataforma interactiva deja a la sociedad guatemalteca y al mundo, un ejercicio permanente de memoria
para dignificar a las víctimas, sus familiares y romper el silencio y el olvido que el Estado ha
tratado mantener en relación a su pasado sangriento y violento.
Hace exactamente tres años la organización católica AGIAMONDO, a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, impulsó financieramente la creación de un memorial virtual que ha abordado la recolección de valiosos archivos de diferentes organizaciones e instituciones con importantes informaciones sobre las mujeres, los hombres, las niñas y los niños que perdieron sus vidas durante el Conflicto Armado Interno. “Como alemán la memoria histórica es un tema muy importante. Por eso Alemania apoya siempre iniciativas de este índole. En Guatemala hay instituciones como la ODHAG que se dedican a esta temática. Enfrentándose responsablemente a su propia historia y no obstaculiza la justicia transicional es un gran paso para fortalecer la democracia y el estado de derecho”, expresa el Embajador de Alemania en Guatemala, Dr. Hardy Boeckle.
Un 93% de los crímenes cometidos durante los 36 años del enfrentamiento bélico se atribuye a las fuerzas de seguridad del Estado según el informe «Guatemala: Nunca Más” del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica y el informe “Guatemala, Memoria del Silencio” de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico. “Se deben retomar las acciones y políticas, no solo en materia de justicia transicional, porque hace 29 años que se firmaron los acuerdos de paz, más bien lo que se tiene que hacer es retomar la respuesta a esa deuda que se tiene básicamente con la población guatemalteca. Un estado que no sabe dónde están 45 mil de sus ciudadanos, es un estado muy frágil que no tiene respuestas para su población”, comenta Maynor Alvarado del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), una organización de defensa de los Derechos Humanos de Guatemala.
El libro «Memorias de Víctimas del Genocidio», extraído en parte del memorial virtual
www.memorial-genocidio-guatemala.org es un lugar desde el cual se puede reflexionar conectando las historias de las víctimas, donde vivieron, que importancia tenían para sus familias y la comunidad. Por otro lado, la falta de sentencias condenatorias para los hechores materiales e intelectuales dejan un peligroso vacío en la justicia guatemalteca. Recientemente una corte de apelación ordenó la repetición del juicio contra el ex general Manuel Benedicto Lucas García en el proceso Genocidio Ixil, acusado por la muerte de más de 1,400 mayas Ixil entre 1978 y 1982, después de 99 audiencias. “En el debate por el caso de genocidio, se manejan documentos, certificaciones de partidas de nacimiento y en algunos casos que se pudieron conseguir certificaciones de defunción. Pero no estamos más allá de quiénes eran estas personas. Entonces creo que una forma de dignificar, además de la búsqueda de administración de justicia, es conocer las vidas y semblanzas de quienes murieron en estos terribles hechos. Fueron personas, padres de familia, hijos, madres, abuelos, que posiblemente tenían una vida dedicada al cultivo, a vivir de lo que la tierra les daba”, manifiesta el Director Ejecutivo de la ODHAG, Nery Rodenas.
La Memoria Histórica a través de publicaciones, plataformas digitales o de otras formas no busca venganza como lo han expresado algunas organizaciones de víctimas del Conflicto Armado Interno. Es más bien el afán que estos hechos crueles en territorio guatemalteco no se repitan. “Dentro de un proceso de recuperación de la memoria histórica, un derecho humano es la búsqueda de la verdad. Pero también un derecho humano es la búsqueda de justicia. Conocer qué fue lo que realmente pasó, probablemente ante un tribunal de justicia, y que se deduzcan responsabilidades. Eso es parte de la verdad, parte de la dignificación de las personas. Por lo tanto, para nosotros es muy importante que eso pueda socializarse y entenderse que no es una venganza. Y como lo decía el cardenal Rodolfo Quezada Toruño: Estamos dispuestos a perdonar, pero antes de perdonar queremos saber a quién perdonar y de qué perdonar. ¿Qué significa eso? Conocimiento de la verdad, búsqueda de la justicia y reconciliación”, subraya Nery Rodenas la importancia de la memoria histórica.