Serie de entregas escritas y audiovisuales del trovador y antropólogo guatemalteco Fernando López
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Preámbulo teórico: Canción alternativa y Simbolismo para la Memoria Histórica
Previo a la presentación de esta breve etnografía poética de la masacre de la Embajada de España, me permito retomar algunos elementos teóricos puntuales.
Canción alternativa
En la primera entrega presenté una caracterización conceptual de la canción alternativa. Se apuntó que el concepto de canción Alternativa, alude a un género artístico que se encuentra en proceso de construcción constante y que para adquirir naturaleza propia debe ser portador de elementos de las dimensiones: simbólica, político-histórica, poético-comunicativa y oral; asimismo, como un género de canción que se está construyendo como propuesta contracultural a la canción masificada comercialmente, y contracultural también a la canción militante de agitación.[1]
Retomo aquí lo referente a la segunda característica ya apuntada, como un género artístico caracterizado por: ii) desarrollar formas artísticas de un alto contenido simbólico que permiten resignificar la historia, la cotidianidad y los proyectos de futuro de los guatemaltecos,[2]. Esto permitirá hacer un enclave en «Otro enero, fuegos contrapuestos»: breve etnografía poética de la masacre en la Embajada de España.
Simbolismo
El estudio del simbolismo alude a esa parte del saber humano que refiere Mitos, Imágenes y Símbolos, que constituyen un instrumento de conocimiento autónomo respecto del racional, y ponen al descubierto modalidades del ser humano en sus dimensiones sociales, políticas, filosóficas y religiosas. Mediante éste se aprende la realidad última de las cosas, realidad que se manifiesta contradictoriamente y que no puede ser conceptualizada.
El simbolismo explica las esferas de la esencia y el conocimiento humano que los conceptos y teorías racionales no son capaces de abordar. En la esfera espiritual el empleo de Imágenes es frecuente debido a sus diversas significaciones o multivalencias,[3] razón por la cual se encuentran ampliamente contenidas en las manifestaciones artísticas. Estas Imágenes y Símbolos se redefinen y cambian de acuerdo al contexto y tiempo social en el cual se encuentran, y pueden, asimismo, renovarse y actualizarse en la psiquis y poética humana.
El simbolismo es algo inherente a los seres humanos en tanto que “…existe en el [ser humano] moderno la supervivencia subconsciente de una mitología abundante (…) de un género espiritual superior a la vida ´consciente`. Se puede prescindir de los poetas, o de los psiquismos en crisis, para confirmar la actualidad y fuerza de las Imágenes y Símbolos. La existencia más mediocre está plagada de símbolos. El hombre más realista vive de Imágenes.”[4]
En tal sentido, el simbolismo es una creación de la psique que contempla la integralidad humana entre “lo espiritual” y “lo material”, es una elaboración imaginativa de la realidad ya que abre los objetos y acciones hacia otras dimensiones, añade nuevos valores sin afectar los propios e inmediatos de aquellos. En esta “perennidad de las Imágenes” encuentra el ser humano el sustento de su espiritualidad, alimentada y recreada a través diversas manifestaciones estéticas.
Los artistas, esos individuos que cuestionan y recrean el conocimiento de la realidad de una manera más imaginativa, sustentan sus creaciones recurriendo al uso de códigos estéticos, imágenes y símbolos. En el mismo sentido, “…todo fruidor de una obra de arte arrastra consigo, procedente de una vida cotidiana vivida y experimentada de un modo totalmente peculiar, un específico mundo sentimental, conocimientos específicos y, cosa importantísima, juicios e ideologías peculiares sobre la vida y la sociedad”.[5]
Dentro de las manifestaciones estéticas está la canción como un medio de expresión natural de individuos y grupos organizados socialmente. La canción forma parte de las artes literarias[6] y en la actualidad no existe la evidencia de la existencia de un solo pueblo sin canciones, “no existe ninguna formación social…, no hay modo de vida en el que no sean conocidos el canto, la música, la danza, en el que los puntos nodales de la vida cotidiana, es decir, las fiestas, no estén ligadas de algún modo, a manifestaciones artísticas.”[7].
Las canciones son “…una expresión híbrida resultante de la fusión entre música y letra que acompaña todos los ordenes de la vida humana y que por tanto constituye una disciplina recurrente en la historia, estudio y filosofía de la música. El canto sistematizado surge a partir de la combinación del sentido del ritmo con las inflexiones del lenguaje hablado … [siendo] instintivo en los seres humanos y en algunas especies de pájaros, … pero en el caso de los primeros, (…) ha pasado a formar parte de su subsistencia histórica y cotidiana.”[8]
Respecto a la canción como género artístico, puede decirse que “…por el mismo camino se llegó por un lado desde el habla pura hasta la poesía, y a la canción métrica por el otro, y el doble impulso que llevó a recorrer esos caminos es, por una parte, el deseo de simetría en la expresión, y por otra la búsqueda de un medio menos corriente de expresión del pensamiento, hacia el cual tienden los individuos más románticos e imaginativos.”[9]
Estos dos elementos importantes en el arte de la canción: a) el deseo de simetría en la expresión y b) una forma menos corriente de expresión del pensamiento y la imaginación humana, se plasman en las distintas características del canto en cada cultura, utilizando escalas, intervalos melódicos y motivos rítmicos particulares. De esta manera la canción representa también una búsqueda de identidad propia y de inserción en la diversidad cultural y cambiante de la humanidad.
La naturaleza híbrida de la canción, como expresión artística compleja, se encuentra como “un arte entre dos artes”, considerando que la expresión de emociones humanas puede darse, tanto utilizando una melodía significativa sin palabras, como por medio de palabras hiladas poéticamente sin necesidad de la música. Sin embargo, la canción es el arte de mezclar ambos elementos en proporciones variables y proyectarlos a través del canto, asumiendo un compromiso entre textos y melodías significativas.[10]
Los creadores de la canción recurren al empleo de metáforas, imágenes poético musicales y a códigos estéticos que le son propios, para satisfacer su necesidad espiritual y comunicativa. El simbolismo contenido en muchas canciones: el tiempo, el fuego, el abismo, la sombra, el sol, la luna, etc., abre la mente a una dimensión total, real o imaginada, respecto de estos fenómenos y la relación que tienen con los seres humanos en la dinámica social y cotidiana.
Simbolismo y Memoria Histórica
La triple relación entre Simbolismo, Memoria Histórica y Canción Alternativa, se sustenta en que la canción sobrevive y acompaña a los seres humanos junto a otras expresiones simbólicas y míticas en las circunstancias más desesperantes de la historia. Es producto de la realidad social, de la imaginación y es parte esencial de los seres humanos. “Incluso en la situación histórica más desesperada (…) los hombres y las mujeres han cantado canciones, han escuchado narraciones, (…) esas narraciones no hacían sino actualizar mitos; aquellas canciones estaban cargadas de `nostalgias´. Toda la parte del ser humano, esencial e imprescriptible, que se llama `imaginación`, nada en pleno simbolismo…”[11]
Del mismo modo se puede inferir que ésta se construye y recrea de manera permanente en la dinámica social a través de signos, códigos estéticos, símbolos e imágenes que pautan la manera como se reflejan las aspiraciones, luchas y esperanzas de los seres humanos en períodos históricos determinados, si consideramos que “…en la vida cotidiana de las formaciones más evolucionadas prosperan cada vez más las formas de arte en las cuales la jerarquía de valores se basa ya claramente en la genericidad social: sagas, mitos, fábulas, …”.[12]
De ahí que las canciones sean portadoras de símbolos en la conformación cambiante de la identidad; su creación, registro y estudio sistematizado, suma elementos que reafirman y resignifican este proceso en nuestro país. Así, la relación entre signo, símbolo y contenido simbólico en la canción alternativa se afinca en que “…los signos expresan realidades concretas que a su vez pueden ser símbolos de otras realidades ocultas. Por ejemplo, en la cultura shuar el canto del brujo expresa que éste posee el poder de Tsunki (ser mítico de las profundidades de los ríos) y éste, a su vez, por la continua experiencia, es símbolo de la protección contra los maleficios y enfermedades enviados por brujos enemigos.”.[13]
Memoria histórica
Resulta importante sumar aportes teórico-conceptuales, de tal manera que podamos acercarnos a la canción alternativa como espacio significante, mediante el cual se construyen y acomodan significados colectivos que alimentan la memoria histórica, como un universo cognoscitivo en construcción en Guatemala. Es válido retomar el papel que esta expresión artístico cultural ha desempeñado en la historia reciente del país, considerando su producto creativo y la manera en que éste ha nutrido la memoria histórica e identidad guatemalteca, en tanto que la producción artístico musical contemporánea, es portadora de elementos que ayudan a reafirmar identidades.
La canción alternativa en tanto expresión de arte “…es una de las vías del conocimiento de la realidad. … es un modo de producción y de reflejo particular, en la conciencia humana, de una porción (fenoménica o esencial) de esa realidad objetiva. En la producción artística se expresan tanto lo material como lo ideal: la naturaleza biológica, la producción social, las relaciones sociales en sus distintos niveles, la cultura y la ideología de los diversos grupos, estratos y clases sociales.”[14] Estas expresiones, ya que éstas conforman un universo de construcción simbólica susceptible de proyectarse en la conformación de la identidad cultural y el rescate de la memoria como parte fundamental de aquella, en tanto que “…la obra de arte constituye la memoria de la humanidad. Las obras suscitadas por conflictos de épocas en la actualidad remota, pueden ser gozadas porque el hombre actual reconoce en aquellos conflictos la prehistoria de su propia vida, de su propio conflicto: a través de ellos se despierta el recuerdo de la infancia y de la juventud de la humanidad”.[15]
[1]. La-cancion-alternativa-en-guatemala [en línea] https://f4gt.com/2020/06/23/la-cancion-alternativa-en-guatemala/
[2]. López, Fernando. “La canción alternativa. Un esbozo teórico” En Revista Tradiciones de Guatemala, No. 49; Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, 1998, pp. 167 – 215.
[3]. “… las Imágenes son multivalentes por su propia estructura. Si el espíritu se vale de las Imágenes para aprehender la realidad última de las cosas, es precisamente porque esta realidad se manifiesta de un modo contradictorio y, por consiguiente, no puede expresarse en conceptos… Traducir una imagen a una terminología concreta, rediciéndola a uno solo de sus planos de referencia, es peor que mutilarla, es aniquilarla, anularla en cuanto a instrumento de conocimiento.” (Mircea Elíade. Imágenes y Símbolos. Editorial Santillana ; reimpresión, Madrid, España, 1992. P. 15)
[4] . Ibidem. p. 16.
[5] . Heller, Agnes. “Sociología de la vida cotidiana” Ediciones Península; Barcelona, España, 1977. p. 203
[6] . Beals, Ralph y Hoijer, Harry. “Introducción a la Antropología”; Editorial Aguilar, 3ª. Edición, 1ª. Reimpresión; Madrid, España; 1981. P. 614.
[7] . Heller, Agnes. Op. Cit. p. 201
[8] . López, Fernando. “La canción alternativa. Un esbozo teórico” Op. Cit. p.201.
[9] . Scholes, Percy A. “Diccionario Oxford de la Música”; Tomo I ; Editorial Arte y Literatura, Cuba, 1982. P. 224.
[10] . López, Fernando. “La canción alternativa. Un esbozo teórico” Op. Cit. p.202.
[11] . Elíade, Mircea; Op. Cit., p. 19.
[12] . Heller, Agnes. Op. Cit. p. 201
[13] . Calderón, Alfonso. “Reflexión en las culturas orales”. Ediciones Abya Uala; Ecuador, 1987. p. 79
[14] .Cardona, Rokael; “Sociología de la música de Domingo Betancourth”; En: Revista Perraje No. 2;. Colección Rial Academia; Guatemala, 1990 – 1991; p.33, 34.
[15] . Heller, Agnes. Op. Cit. p. 200.
«Otro enero: fuegos contrapuestos»: breve etnografía poética de la masacre en la Embajada de España.
Lo anteriormente discutido en la primera parte, orienta y respalda la intención de realizar una etnografía de los hechos sociales mediante los cuales se han dado procesos de construcción de significados para el rescate de la memoria histórica, a través de la canción alternativa y a la luz de la antropología poética.
Antropología poética
Para la siguiente breve etnografía poética, aludo la antropología poética como una nueva práctica etnográfica, entendiendo que ésta «…no es antropología convencional ni literatura en sentido estricto, sino una modalidad nueva y distinta de explorar ciertas dimensiones de los seres humanos y su cultura desde la experiencia del observador, que al entrar a formar parte del objeto estudiado subjetiviza y literaturiza la narración etnográfica mediante la asunción de diversos procedimientos y formas de discurso narrativos o poéticos. [1].
La antropología poética representa un giro epistemológico radical dentro de los paradigmas comprensivos y la etnografía como perspectiva de estudio social. Está unida intrínsecamente al conocimiento no racional con el fin de contribuir a renovar el estatus cientifista de la antropología tradicional, y está situada en los límites más radicales de la interpretación social, al transitar entre la ficción literaria y la investigación antropológica. Valga la siguiente cita para ilustrar su potencial cognoscitivo.
«Tenemos que llevar la Antropología hacia un terreno escasamente recorrido: la posibilidad de incorporar al relato, a la explicación etnográfica, la experiencia vital del encuentro investigador-informante, fundamentalmente para entender la riqueza cognoscitiva del acercamiento antropológico. Esto nos lleva a la literatura, al cuento, a la poesía. Sí, se ha leído correctamente: a la poesía. Pensamos que las sugerencias que los antropólogos podemos encontrar en la literatura, no son nada despreciables…» (Quiroz, 1987: 15)[2].
Preámbulo del recorrido etnográfico
Previo a realizar la breve etnografía «Otro enero: Fuegos contrapuestos», creo también pertinente mencionar tres vertientes complementarias de mi formación y práctica etnográfica poética, desde la cual surge una serie de canciones que he compuesto y escrito, paralela y complementariamente a mi recorrido como trovador y antropólogo.
I) Antropólogo vinculado a procesos de recuperación de la memoria histórica, la defensa de los Derechos Humanos y la Justicia transicional en Guatemala. Esto me ha permitido formar parte de equipos de investigación en diversas instituciones nacionales e internacionales, que trabajan dichas temáticas y adquirir experiencia etnográfica como observador participante y facilitador de procesos de investigación de campo, sistematización y clasificación de información, y redacción de informes especializados que dan cuenta de hechos inscritos en la memoria histórica guatemalteca.[3]
II) Antropólogo vinculado al estudio de la cultura guatemalteca. He sido investigador invitado para coordinar el área de Etnomusicología del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos de Guatemala, durante los años 1998 al 2001.
III) Trovador, músico, activista y productor musical. Defiendo un concepto de canción alternativa y un proceso de producción cultural y estética de registros varios: discos, DVD y conciertos en directo a nivel nacional e internacional, para contribuir también a la construcción de la antropología poética, como una nueva práctica etnográfica en el país.[4]
Apuntes hemerográficos de lo ocurrido en la Embajada de España
«Analizados todos los antecedentes de este caso, la CEH llegó a la convicción de que agentes del Estado, en concreto la Policia Nacional, judiciales y miembros de la Inteligencia del Ejército, uniformados y de civil, atentaron contra el derecho a la vida de 37 personas, que fueron los responsables materiales de la ejecución arbitraria de quienes estaban dentro de la Embajada de España, y que las más altas autoridades del Gobierno de Guatemala de la época, son responsables intelectuales de esta gravísima violación de derechos humanos.»[5]
«La masacre se registró cuando las fuerzas de seguridad del régimen militar de Guatemala que dirigía el general Fernando Romeo Lucas García (1924-2006), asaltaron la embajada española, después de que fuera ocupada por campesinos y estudiantes guatemaltecos que denunciaban la represión militar. En el asalto murieron quemadas 37 personas, entre ellas el cónsul español, Jaime Ruiz del Árbol Soler, y sus compatriotas y empleados de la delegación Luis Felipe Sanz y María Teresa Vázquez. El tribunal penal validó las conclusiones del Ministerio Público (MP) en el debate oral y público, en las que describieron la tragedia como ´una operación policial clandestina´, ejecutada por la PN, que ´evitó el ingresó de la Cruz Roja, los cuerpos de socorro y periodistas´ a la representación consular.» [6]
Luego de 36 años de lo ocurrido, un tribunal nacional condenó por este hecho a Pedro García Arredondo, ex jefe de la Policía Nacional de Guatemala. De esta manera se otorgó la dignidad a las personas que ahi murieron, reconociendo su justo derecho a protestar en contra de la represión estal y obtener justicia por lo ocurrido.
«Por unanimidad, las juezas Irma Jeannette Valdés, Sara Yoc Yoc y María Eugenia Castellanos determinaron que García Arredondo ejecutó órdenes de superiores, las cuales dejaron la muerte de 37 personas en sede diplomática, el 31 de enero de 1980. El fallo del Tribunal fue leído en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia el 20 de enero de 2015 y García Arredondo fue condenado a cuarenta años de prisión por la quema de la embajada y cincuenta más por la muerte de dos estudiantes universitarios.»[7]
«OTRO ENERO» -Canción Son por bulería- Fernando López_Disco «Practicar mis utopías»
Recrea la masacre ocurrida en la Embajada de España el 31 de enero de 1978. Forma parte de la serie de etnografías poéticas breves sobre la memoria. A partir de un hecho que marca la historia reciente de Guatemala: la masacre de la Embajada de España el 31 de enero de 1980. Y como uno de los hechos fundamentales en la lucha por la justicia, el rescate de la memoria histórica guatemalteca y la dignificación de las personas que fallecieron y sobrevivieron.
Con esta canción también se quiere hacer un homenaje a las niñas que murieron calcinadas en El Hogar Seguro y a Domingo Chuc quien fuera también asesinado por las llamas.
[1] . Carrasco M, Iván. «La antropología poética como mutación disciplinaria.»
[en línea] https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0071-17132003003800001#z
[2] . Citado por: Gonzáez Cangas, Yanko. «Nuevas Prácticas Etnográficas: el surgimiento de la Antropología Poética». p. 6. II Congreso Chileno de Antropología. Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Valdivia, 1995.
[3] . Este recorrido abarca mi trabajo como Coordinador de proyecto Educación por el Arte en la ODHAG, (1992-1995); Miembro de la Unidad de Educación de MINUGUA, (1995-1996); Investigador y antropólogo forense en el EAFG, (1997); Investigador nacional para la CEH, (1997-1998), entre otros.
[4] . Se cuentan ya 13 discos editados y 3 DVD; varios conciertos coproducidos con organizaciones de lucha y defensa de los Derechos Humanos en Guatemala: UDEFEGUA, Convergencia por los Derechos Humanos, Comité Internacional de la Cruz Roja, Familia Molina Theissen, entre otros. De igual forma con organizaciones internacionales como: LASC – Irlanda, LAG – Noruega, Trocaire – Irlanda, entre otras.
[5]. Guatemala: Memorias del Silencio. Comisión de Esclarecimiento Histórico, CEH. [en línea] UNDP_gt_PrevyRecu_MemoriadelSilencio.pdf
[6]. ABC – España. 20/01/2015
[7]. Matanza de la embajada española. [en línea] https://es.wikipedia.org/wiki/Matanza_en_la_embajada_espa%C3%B1ola_en_Guatemala
Edición Factor 4