Por Monseñor Antonio Calderón
1.“Muéstranos, Señor, tu misericordia”, es la súplica que, motivados por la liturgia de la palabra del próximo domingo, les invito a dirigir a Dios en estos momentos, cuando la amenaza de la COVID-19 se siente con más fuerza en el País y en el Área de Jutiapa. En esta hora, “escuchar las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo”, nos fortalecen, animan y dan confianza (Salmo 84, 8-9).
2. Estas “palabras de paz”, dirijo a las familias que han visto partir, con el corazón desagarrado, a sus seres amados y a sus amigos, y también a quienes afrontan en estos momentos la dureza de la enfermedad y sus terribles consecuencias. Permítanme visitar espiritualmente cada una de sus casas, como lo pide Jesús a sus apóstoles, en el Evangelio de este domingo 11 de julio (Cf. Marcos 6, 10), y manifestarles mi cercanía fraterna, mis oraciones y mi bendición. Recordemos que Aquel que nos manifestó su gran amor en Cristo Jesús no nos olvida ni nos abandona.
3. En la ya larga y pesada pandemia que sufrimos desde marzo del año pasado y ante la gravedad del momento, por el aumento de contagios y la presencia de cepas más peligrosas, nos vemos en la necesidad de suspender las celebraciones litúrgicas con participación de fieles, las reuniones pastorales de todo tipo y las actividades presenciales de las Pequeñas Comunidades Misioneras, de ministerios y movimientos laicales, hasta cuando la emergencia en su etapa crítica haya terminado.
Debemos privarnos de cualquier reunión mientras dure esta Alerta Roja. Que el Buen Pastor nos haga sentir su presencia mediante la lectura orante de su Palabra en familia y por la participación en la Eucaristía por medio de la radio, la televisión y otros medios digitales.
4. No dejemos de aplicar rigorosamente las disposiciones del personal de salud que hemos aprendido durante el tiempo de la pandemia. Les ruego que no retrasen la búsqueda de asistencia en los centros de salud, el descubrir a tiempo la presencia del virus y acudir por ayuda es de suma importancia para evitar recorrer el largo y doloroso Vía Crucis de la enfermedad. Acudamos con toda confianza a los centros de vacunación, y así contribuiremos a lograr la inmunidad colectiva y retomar con renovado entusiasmo nuestras labores cotidianas, nuestra participación en la comunidad eclesial y nuestro camino de discípulos misioneros al servicio Reino en las circunstancias actuales.
5. Es importante recuperar el sentido de responsabilidad y la viva conciencia de cuidarnos y cuidar a los demás con amor solidario, animados por aquellas sabias y oportunas palabras de Jesús dirigidas al pueblo: “traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes” (Lucas 6,31).
6. En esta hora difícil que vivimos Recordemos que “Dios nos eligió en Cristo antes de crear el mundo” (Efesios 1, 4). Esto nos da la confianza cierta que en estas circunstancias de preocupación Él no nos abandonará, al contrario, camina con nosotros hacia una “normalidad diferente”, donde con la participación de todos y con su bendición “la misericordia y la verdad se encontrarán, la justicia y la paz se besarán” (Salmo 84, 11).
7. Continuemos unidos en el amor fraterno y la amistad social, en la oración y en la mutua responsabilidad. Les saludo con entrañable afecto.
Mons. Antonio Calderón Cruz
Obispo de Jutiapa
Ciudad de Jutiapa, 8 de julio, 2021