La Mirada

«Niño de noviembre-Estás Marco Antonio»

12 Min de lectura

La canción alternativa como testimonio etnográfico y poético de la memoria. Serie de entregas escritas y audiovisuales del trovador y antropólogo guatemalteco Fernando López.

https://www.youtube.com/user/poiesisproducciones/videos

El oficio de trovador me llevó a incorporar y combinar la creación y producción musical, junto a la formación etnológica y antropológica, al estudio y experimentación de las formas musicales propias de Guatemala junto a otros géneros universales, para explorar y recrear acontecimientos de la historia reciente.

Canción alternativa y antropología poética para la memoria. Paralelamente a mi oficio de trovador he tenido la oportunidad de trabajar como antropólogo egresado de la USAC, vinculado a procesos de recuperación de la memoria histórica, la defensa de los Derechos Humanos y la Justicia transicional en Guatemala. Producto de esta simbiosis, mediante la canción alternativa, concepto que propongo y defiendo, busco contribuir a la construcción de la antropología poética como una nueva práctica etnográfica en el país y para la reconstrucción de la memoria colectiva.[i] De esta cuenta, presento algunos elementos autoetnográficos que dan contexto al proceso de composición de la canción-díptico «Niño de noviembre-Estás Marco Antonio» que recrea un hito histórico a nivel nacional e internacional en la búsqueda de justicia por delitos de desaparición forzada contra la niñez guatemalteca, violencia sexual, ambos crímenes contra la humanidad. Lucha que ha tenido las figuras icónicas del niño Marco Antonio y de Emma Molina Theissen, en Guatemala.


[i]. Méndez, Francisco. «La voz de un músico poeta» https://dca.gob.gt/noticias-guatemala-diario-centro-america/la-voz-de-un-musico-poeta/

*Este texto se compone de 3 partes : 1. Emma, 2. La composición de la canción y 3. La Sentencia.

Emma, el movimiento estudiantil de postprimaria en Xela y un joven trovador. Nos conocimos en 1979, en Quetzaltenango.  Emma Molina, representante de la Coordinadora de Estudiantes de Educación Media (CEEM), llegaba a Quetzaltenango para intercambiar ideas a cerca del movimiento estudiantil de postprimaria con la Federación de Estudiantes de Educación Media de Quetzaltenango (FEDEMQ), de la cual yo era Secretario de conflictos. Paralelamente a mi rol como activista estudiantil, solía presentarme en diversos espacios culturales y estudiantiles como trovador, luego de mi participación como delegado por Guatemala al XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en San José, Costa Rica y La Habana, Cuba en 1978. Además de una extraordinaria inteligencia, Emma irradiaba una sonrisa que traslucía un inmenso amor y pasión por la vida y una intensa sensibilidad humana que se hacía notoria en nuestras charlas sobre música y poesía. Ella sería quien me presentaría la música de Joan Manuel Serrat, al regalarme un cassette negro sin la carátula del lado A, con una compilación de éxitos del catalán.  En algún momento me habló también de la tremenda alegría que significaba para ella, la presencia en su vida de su hermano Marco Antonio.

La fuga de Emma, la desaparición de Marco Antonio y la búsqueda de justicia. La vida corrió veloz. Se vino la noche sangrienta de los años ochenta. Todo aquel que no pensara y vistiera de camuflaje sería enemigo de quienes salvaguardan hasta la actualidad la herencia criolla del fascismo ibérico europeo, anclado en el país. La gran mayoría de personas de todas las edades que amábamos la vida, lo fuimos. La persecución no tuvo límites. Muchos fueron arrastrados por esta violencia descomunal, entre ellos Emma y su hermano Marco Antonio.«Marco Antonio Molina (14 años) … Era un niño, pero el Ejército de Guatemala se ensañó con él. Oficiales llegaron a su casa y como no encontraron a su hermana Emma, de la rabia, la vergüenza y en venganza de que pocos días antes; ella, una mujer, se había fugado de sus dominios, se lo llevaron para ya nunca permitirle volver. En los 36 años de guerra civil, se calcula que 5 mil niños sufrieron desaparición forzada: muertos o entregados a otras familias”, según lo anota el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH), Guatemala, memoria del silencio.[i] Tras varios intentos de llevar a los responsables ante la justicia en Guatemala, con una condena internacional contra el Estado guatemalteco por esta atrocidad en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 35 años después, los responsables serían llevados finalmente a los tribunales nacionales acusados por crímenes contra la humanidad.

La invitación. Una mañana soleada lejos de Guatemala, recibí una llamada de Emma.  Ella y su familia me invitaban para acompañarles con mi labor como trovador y productor musical, en su búsqueda de justicia ya que estaba por iniciarse el juicio en las cortes guatemaltecas en contra de los perpetradores. Este es uno de los retos y honores más grandes que este oficio me ha brindado: pasar a formar parte del grupo de personas y organizaciones que acompañamos con aportes diversos el enorme ejemplo de dignidad de estas valientes mujeres guatemaltecas, a lo largo de este proceso de búsqueda de justicia para Marco Antonio y Emma Molina.

La producción. Mi aporte agradecido a este inmenso gesto y al honor que me hiciera la Familia Molina Theissen sería: 1) la composición de un díptico-canción a la memoria de Marco Antonio Molina y la niñez desaparecida en Guatemala; 2) la producción, realización y actuación en el concierto «Canto de Amor para Marco Antonio y la niñez desaparecida en Guatemala»; 3) la producción y realización del disco «Niño de noviembre»; y 4) la composición de la música para la película documental «Querido Marco Antonio»,  realizada en Costa Rica.

El concierto[ii]. Me encontraba viviendo fuera de Guatemala, y coordinar la producción y realización de un concierto de esta naturaleza, representaría un reto gigantesco por razones que aunque obvias, para el efecto, merecen ser mencionadas. Gran parte de la logística para la producción la hice vía telefónica y por internet, mediante correos y envíos digitales. El pago del alquiler de las salas de concierto estaba asegurado: en ningún momento se pidió que fueran gratuitas. La sala de conciertos de un antiguo cine en la sexta avenida, fue la primera en ser contactada: un trámite que duró mucho tiempo y que resultó ser una farsa por parte de quienes la gestionaban. Un correo que me hicieron llegar sin percatarse de que iba la cadena de email internos en adjunto, delataría la manera en que los gestores daban largas hipócritamente, a algo que no iba a suceder. El segundo lugar al que incluso se le pagó por anticipado el costo total del alquiler, fue a un teatro antiguo de la avenida Elena. A pesar de haber contratado dicho lugar con meses de antelación, un día antes de realizar el concierto, dijeron que no podríamos montar con la antelación requerida porque tenían una clausura de una academia de mecanografía y que no podían cancelarla, porque la directora de esa academia era una señora muy enojada. Jamás devolvieron el dinero del pago total, dado anticipadamente.

Finalmente, con la colaboración en la producción por parte de David de Gandarias, el concierto se realizó en la sala del Conservatorio Nacional de Música, el 9 de diciembre de 2016.  Contó con la participación de poetas invitados quienes escribieron versos dedicados a la niñez desaparecida. También músicos de mi banda Jazz Fusión y músicos invitados, y voces de artistas cantores hombres y mujeres guatemaltecas invitadas, junto a la presencia del coro juvenil Marco Antonio Molina. Productores, artistas, escenógrafos, ingenieros para el registro en directo con cámaras y captura de audio en multitrack, dejaron testimonio de este concierto, cuya edición espera ver la luz en algún momento. El apoyo logístico y de soporte emocional y de seguridad de organizaciones para la defensa de defensores de derechos humanos fue fundamental y, sobre todo, la presencia del público que colmó la casa para hacer sentir su amor a la familia Molina Theissen que estaba en primera fila como invitada de honor. Doña Emma, abriría dicho concierto con unas palabras muy sentidas de ofrecimiento.

Las reacciones. No se hicieron esperar las reacciones jurásicas y amenazas en las redes sociales al momento de promocionarlo y horas antes del concierto. Dejaron su veneno en comentarios de las invitaciones digitales. Hice la denuncia correspondiente, pero nunca tuve noticias desde las fiscalías del Ministerio Público. 

El disco[iii]. Tras dos años que duró el proceso de composición, escritura, arreglos, sesiones de grabación, edición, mezcla y masterización necesarias, la madrugada del 1 de marzo del 2018, estaría ya finalizada la producción del disco «Niño de noviembre». Ese fue el el día D convenido con Emma. El tema central del mismo nombre sonaba ya de madrugada en las redes sociales para saludar el inicio de este juicio histórico, ese mismo día a las 10 de la mañana. Cada día de las primeras semanas del juicio se hacía sonar un tema de los 10 contenidos en el mismo.


[i] https://nomada.gt/blogs/trova-para-reflexionar-sobre-los-ninos-la-vida-y-la-violencia/

[ii] https://elperiodico.com.gt/oculta/2016/12/08/homenaje-a-la-ninez-interrumpida/

[iii] https://nomada.gt/blogs/trova-para-reflexionar-sobre-los-ninos-la-vida-y-la-violencia/


La composición de la canción – díptico homenaje a Marco Antonio Molina y la niñez desaparecida

Niño de noviembre – primera parte. Jamás imaginé que Emma Molina, una de las mujeres más importantes de la historia contemporánea guatemalteca, me convocara para un reto tan grande: componer una canción dedicada a Marco Antonio y la niñez desaparecida en Guatemala. ¿A dónde ir a buscar los vocablos, las metáforas, las líneas melódicas, la armonía, las tensiones e intervalos justos para dar un contorno amoroso y abrigo musical a tanto dolor?, pero también a tanta dignidad transfigurada en Emma madre, Emma hija, María Eugenia y Lucrecia, Marco Antonio Molina; cuatro mujeres y un niño que cambiaron la historia oficial hasta ahora conocida en Guatemala. Dieron un vuelco a la justicia en lo referente a delitos contra la humanidad con los casos de desaparición forzada y violencia sexual en Guatemala, y enviaron a la celda más oscura de la historia a los militares más poderosos de los años ochenta.Con no poco dolor e indignación que me paralizaba en ocasiones, pero en constante retroalimentación amorosa con la familia Molina Theissen, fui arribando a las ideas centrales para la emoción que debería recrear poéticamente la desaparición de Marco Antonio y otros miles de niñas y niños en Guatemala durante el conflicto armado interno.  Fue un proceso de comunicación contínua que develó los grandes pilares sobre los cuales se debía construir esta canción homenaje.

No olvido

No me pidan olvidar

al niño de noviembre

que ofrendó la vida

y un sol en su sonrisa

El borrón y cuenta nueva, el perdón y el olvido, la reconciliación sin justicia, forman parte del panfleto cínico y abusivo de los perpetradores de crímenes de lesa humanidad.  Además, de la estigmatización en contra de las familias sobrevivientes que buscan a sus familiares detenidos-desaparecidos. El olvido es impunidad y es complicidad, es desaparecerlos dos veces con nuestra indiferencia.

El derecho a buscarles y encontrarles, y saber dónde están

¿Dónde yace en la humedad

la preciada osamenta

de sus pocos años?

si aquí está su huella

Yo sigo su rumbo

ave guardián

como el tzajorín de la memoria

que inspira mi sien

Saber dónde se encuentran sus restos para recuperarles y devolverles la dignidad, es un derecho inalienable. Es un largo sendero que surcan los familiares que buscan a la niñez desaparecida en Guatemala. Un proceso que se fundamenta e inspira en la defensa de los derechos humanos, la búsqueda de justicia por graves violaciones durante el conflicto armado interno y el acceso a la justicia para los familiares sobrevivientes. Y además, en el acompañamiento amoroso de muchas organizaciones y miles de personas que creen en la vida como el valor más alto de la humanidad.

El derecho a conocer la verdad

Maldigo la noche

partera de la sombra

que nos lo arrebató y cambió de tajo

el pálpito del bien

La vida de miles de familias guatemaltecas se vió truncada de tajo cuando de manera sistemática se perpetró la desaparición forzada en Guatemala por quienes ostentaban el poder en los altos mandos militares. Es una noche de silencio e impunidad, que se extiende a la actualidad y no permite conocer la verdad de lo sucedido a miles de personas entre ellas, miles de niñas y niños desaparecidos por el ejército guatemalteco.

El derecho a la justicia y condena a los responsables de crímenes de lesa humanidad

Y hoy clama su brío

no consentir nuestra orfandad

ni una balanza

reptando un perdón

La desaparición forzada de niños y niñas es un acto tremendamente cruel e inhumano, que no debe consertirse y debe ser juzgado como un crímen contra la humanidad. Y se debe exigir un proceso de justicia en las cortes nacionales que no favorezca el olvido y el perdón para los perpetradores.

No repetición

Y que no se repita

de nuevo la celada

contra su clavel

sucia vendeta desde Xiblabá.

No aceptar el olvido cómplice, conocer la verdad de lo sucedido, exigir  procesos de justicia  que no favorezcan el perdón y la impunidad, junto a la dignificación de la memoria de las personas sobrevivientes y desaparecidas, son los elementos fundamentales para la garantía de no repetición de este crimen en Guatemala.

Estás Marco Antonio – segunda parte

Rueda el calendario: estás Marco Antonio

Nace un firmamento: estás Marco Antonio

Rosaura Margarita, Juan Pablo, Glenda

Cornelio y Chaguita.

Luego canta el fuego

y repite su voz tierna:

ya no escuches al odio

vive la vida que quedó ante mí

y abrazame muy fuerte

La historia rompió fuente

alumbra conmigo

y el miedo escampa.

Con este juicio en contra de cinco exmilitares del alto mando en los años 80, se da impulso fundamental a la lucha por la justicia y la memoria histórica.  Fue preciso un largo transitar por la búsqueda de justicia y condena a las personas que simbolizan la violencia de lesa humanidad en contra de miles de niñas y niños. Algo execrable y atroz, que no debe consentirse en ningún lugar del planeta. 

La sentencia. Tras una enorme espera, la madrugada del 23 de mayo 2018 se dió lectura a la sentencia condenatoria.  «Todos los acusados, a excepción de Edilberto Letona Linares, son responsables de violación y delitos contra los deberes de la humanidad” dictaminó el Tribunal C de Mayor Riesgo el miércoles 23 de mayo 2018, en el juicio contra cinco militares retirados por la desaparición forzada de Marco Antonio Molina (14 años), en 1981» [i]. Una condena contra 4 exmilitares de alto rango por estos delitos, significó un hito para la justicia en este caso concreto, se cumplió también con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y quedó demostrado que las personas que han simbolizado y perpetrado la violencia pueden y deben ser juzgadas en Guatemala. Una sentencia emblemática e histórica a nivel latinoamericano. Esa madrugada saltaron en las gargantas colectivas, nuevamente los versos de Otto René, que yo musicalizara cabalmente en los años ochenta, para acompañar la salida entre llantos y aplausos de alegría a la familia Molina Theissen, volvimos a cantar la canción que comparto con aquel inmenso poeta: «Aquí no lloró nadie, aquí solo queremos ser humanos». La familia salió de Guatemala, inmediatamente después de la sentencia.

Tiempo de partir. Antes de salir del país, movido por factores de expulsión ampliamente conocidos y también por algunos proyectos de formación profesional y proyección artística a nivel internacional, presenté el disco Niño de Noviembre en un café bar quetzalteco y dentro de las jornadas dedicadas a Luis de Lión en San Juan El Obispo, Sacatepéquez.  Dejaba inconclusa la entrega personal del disco a la familia Molina Theissen.

Niño de noviembre en la diáspora. RTE 1–Irlanda. A la semana de haber llegado a radicar en Irlanda, recibí la llamada de una amiga diciendo que en esos momentos estaba sonando la canción «Niño de noviembre», en el programa de John Creedon en la Radio Nacional de Irlanda RTE 1.  Este periodista había estado en Guatemala, visitando defensores de Derechos Humanos y le fue obsequiado un disco. Al conocer la historia de Marco Antonio y Emma Molina decidió compartirlo con su audiencia.

Presentación en Radio Latina de Dublin, Irlanda. Por invitación de un periodista español radicado en Irlanda, realicé una entrevista en la Radio Latina de Dublin, para hablar del proceso que conllevó la realización del disco Niño de noviembre. Hice varias versiones del mismo en vivo, y luego de cantar la canción en homenaje a Marco Antonio, la producción del programa hizo sonar la voz en directo de Lucrecia Molina Theissen desde Costa Rica, haciéndome llegar su saludo y agradecimiento por el disco. No era válido llorar en directo.  Pude, no sé cómo,  aguantar el llanto hasta el camino de vuelta a casa.

Presentación y entrega en Washington, D.C. Con el auspicio de CEJIL y WHOLA, realicé un concierto 2 de noviembre de 2019, en Washington DC, Estados Unidos, en el cual hice entrega del disco «Niño de Noviembre» a Emma y María Eugenia Molina Theissen, al cierre de la  Gira Migratoria del Amor y la Memoria, por varios estados de la costa este de aquel país. Sería ese el abrazo de entrega que había quedado inconcluso con la familia Molina Theissen.

La pandemia y la balanza reptando un perdón. Luego llegó la pandemia mundial del COVID-19 y con ella las excusas de los criminales de lesa humanidad ya condenados rogando su excarcelación por razones humanitarias. Otra vez la balanza de la justicia en entredicho.  Ojalá los criminales no se salgan con la suya, nunca más.

Niño de noviembre

Estás Marco Antonio


[i] Ibidem.

Edición y corrección Factor 4


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