Por Fredy Puac Méndez
San Pedro La Laguna, Sololá
Fotografias Fredy Puac: Serie Trama Originaria ancestral Marlon Puac
Las raíces profundas y bien cimentadas del colonialismo racista en la sociedad guatemalteca se siguen evidenciando en la vida cotidiana de todos, por sencillo que parezca un anuncio en televisión o una portada comercial de alguna empresa, éstos terminan encerrando mensajes profundos logrando fragmentar a las masas que cada vez toman una distancia aún más grande con su propia realidad, con el entorno.El arte en toda su manifestación, cumple con estimular los sentidos en la persona, desde proyectar paz interior hasta incentivar la crítica y generar diversidad de opiniones. El arte decolonial es una tendencia que no parece ser nueva pero que en los últimos tiempos ha tomado relevancia.
Marlon Puac, artista tz’utujil, originario de San Pedro la Laguna, Sololá, presenta una propuesta de hacer arte decolonial que nace de la estructura del tejido a través de líneas. El tejido elaborado por mujeres y hombres de los pueblos originarios, lleva plasmado su identidad que ha permanecido de generación en generación y ha conservado su riqueza cultural. Las líneas por su parte, tienen un gran significado en la cultura maya, evidenciándose en su arquitectura, ya que la gran mayoría de sus construcciones en las diferentes formas de líneas, diagonales, verticales y horizontales tenían un propósito y significado profundos en lo celestial y en lo terrenal.
La crítica surge a través de la dialéctica, la filosofía y el arte. La historia a través de hechos evidencia que seguimos bajo la sombra de un estado colonialista, por ejemplo a través del latifundio colonial, el desplazamiento de los pueblos originarios de sus territorios durante la guerra civil, muchas de las comunidades mayas tuvieron que resguardarse de la represión, desaparición y muerte. La práctica del monocultivo en el país, la situación de la palma africana en el norte que ha destruido diversidad de bosques, la caña de azúcar en la costa sur, que siguen matando los suelos y que no permiten una diversidad de cultivos.
En los años 70’s y 80’s, gran parte de nuestra población del área tz’utujil, tuvo que migrar y acudir a esos monocultivos para poder sobrevivir porque aparentemente no había trabajo para ellos en sus comunidades, las condiciones para los “cuadrilleros”, como eran conocidos, fueron precarias, de explotación e injusticia, especialmente en el pago. Para ellos, no existían los contratos de largo plazo para no tener que reconocer su tiempo de trabajo, lo cual en la actualidad no ha cambiado, sobre todo, en la costa sur del país donde los salarios son precarios a cambio de largas jornadas laborales.
El sistema de trabajo forzado, obligatorio y sin paga siguió, especialmente en el tiempo de Jorge Ubico Castañeda, quien se desempeñó como presidente de la república entre 1931 a 1944, tiempo, en el que las fincas se asociaron para mantener el sistema de trabajo con salario injusto. Estas prácticas también la evidencia la United Fruit Company, una empresa multinacional de los Estados Unidos que, además de dedicarse a la comercialización de frutas tropicales, se convirtió una fuerza política y económica que influyó en varios países de la región.
Todo ello, es parte del concepto de análisis para plasmarlo en el arte y sea el público quién lo vea desde su propio punto de vista.
Las cuestiones iconográficas que aparentemente son inofensivas, hablando de marcas comerciales, los estereotipos de la publicidad que generan estas marcas, están llenas de mensajes subliminales, en su mayoría, cargadas de discriminación, tal fue el caso de la marca de cigarros “Rubios, el sabor ganador”, que durante su época se promocionaba en televisión nacional, el spot publicitario mostraba al hombre fuerte, blanco y rubio dando solución a problemas cotidianos de la gente cuyas características son “inferiores” al héroe y protagonista. Estas marcas, parecieran aplicar alguna especie de pirámide, en la que, el blanco tiene que estar arriba del moreno.
Romper esos estigmas es muy complicado, lo vemos en la política, las familias poderosas económicamente, mantienen el status de no relacionarse con alguna persona de piel morena, mucho menos a un indígena, a la que, según ellos, no se le puede dar poder. La entidad gubernamental encargada de la promoción del país en el extranjero, utiliza a personas altas de piel blanca que son vistos como maniquíes vestidos de trajes de los pueblos originarios que, en vez de darles el posicionamiento real son despojados y discriminados por el Estado. Las consecuencias de esto, es la mala calidad educativa, el pésimo servicio en los hospitales y, todo tiene una conexión que sigue latente.
Cuando todos estos componentes y elementos se deducen, se crea una composición metafórica, una idea, que no es una imposición sino generar análisis. La discriminación y el racismo no son lo mismo, discriminar es fácil pero el racismo es toda una estructura, incluso religiosa que alimenta esta idea.