El Apostolado, primer largometraje del guatemalteco Juan Manuel Mendez.

Por Daniela Sánchez Lemus

Fotografías que acompañan el texto cortesía Juan Manuel Mendez

Recientemente se estrenó en linea la película «El Apostolado», del cineasta guatemalteco Juan Manuel Mendez quien en 2010 dirigió «Chapstick», un cortometraje basado en un relato de la escritora guatemalteca Denise Phe Funchal. El Apostolado es el primer largometraje de Mendez, la cual fue escrita, producida, dirigida y autofinanciada por él mismo. Juan Manuel expresa que «La sociedad en la que el padre actúa es la misma en la que vivimos cotidianamente; real, llena de contrastes y con la gente de a diario, con sus problemas morales y económicos; una realidad que se adapta a cualquier país de Latinoamérica

En diciembre de 2019 Ventana Sur, el mercado de contenidos audiovisuales más importante de Latinoamérica con sede en Buenos Aires, seleccionó al filme como parte de su sección Primer Corte.


¿Cual es el antecedente de Juan Manuel Mendez y el cine? El cine siempre fue parte de mi vida, recuerdo muy chavito ver en la tele nacional cortos de Harold Lloyd y me fascinaban, conforme fui creciendo la literatura tuvo un impacto fuerte en mi imaginación, siempre me hacía “la película» en mi cabeza de lo que leía. Siempre tuve una inclinación por lo artístico. Estudié en el CECC de Barcelona una escuela en su momento bastante popular en la ciudad, donde había alumnos de todos lados del mundo. Al regresar a Guatemala comencé a trabajar haciendo documentales y poco a poco fui cayendo en la producción de comerciales.

En 2010 hice un corto llamado Chapstick, una adaptación del cuento de Denise Phe-Funchal, que hizo un pequeño recorrido por algunos festivales internacionales.  Durante 6 años trabajé junto a Stéphane Zajdenweber, productor francés en la adaptación al cine de otra obra de Phe-Funchal, Las Flores. Sin embargo lograr el financiamiento fue muy complicado. Fue en 2017 que escribí el guion de El Apostolado, basado en un relato corto que tenía unos años en el tintero y nos tomó casi 3 años poder estrenar. La idea era hacerlo en cines, pero la pandemia se nos vino encima y dejó varados. 

Hablando de Chapstick, cuando ví el cortometraje, observé el uso de la voz narrativa, recurso usado también en El Apostolado. ¿Es la voz narrativa un recurso de innovación y formas estéticas para reforzar la denuncia, la lucha de los personajes con su entorno?  La voz en off es justamente, en el caso de las dos obras, una forma en la que  los personajes principales, nos muestran su percepción del mundo que los rodea es su voz interior que pelea constantemente con sus demonios, la lucha entre obedecer o no a las reglas sociales impuestas y sus cuestionamientos sobre la condición humana.

¿Cuál fue el motivo para la elección del tema de la película? La película tiene muchos temas, yo simplemente buscaba contar una historia que tomara fragmentos de la realidad de vivir en una ciudad como Guatemala, intentando no ser juez y parte, sino más bien dejando las pinceladas para que cada espectador pudiera formar su propia opinión.

Hablemos de la literatura, de la música, que acompañó el guión. La frase de “Los Miserables” de Victor Hugo,  con la que empieza la película “La vida, el sufrimiento, la soledad, el abandono, la pobreza, son campos de batalla que tienen sus propios héroes; héroes obscuros a veces más grandes que los héroes ilustres”, enmarca una realidad atemporal, una frase que no importando cuando fue escrita no ha cambiado su premisa. Esto me llevó a la reflexión de que El Apostolado refleja la desigualdad social en Guatemala. ¿Era esa la intención? Definitivamente, tal como sucede en el Paris de Los Miserables, Guatemala hoy en día es un país desigual, vivir en esta ciudad tiene un costo (entre muchos otros): ver como la desigualdad nos rodea a diario, nos acostumbramos a esto y nos volvemos apáticos y pronto deja de ser importante para la mayoría, pero sigue allí. Hay personajes que se vuelven anónimos pero que mueven el país, la pandemia nos lo demostró, esos héroes invisibilizados que buscan día con día salir adelante a pesar de las dificultades.

Por otro lado la banda sonora de la película, un tema acompaña a cada personaje, una amalgama que  transmite con fuerza el momento que acompaña. ¿Cómo decide, en este caso, un guionista y director qué música acompañará su obra?  Este fue un trabajo en conjunto con el compositor Luis Pedro González, tuvimos varias sesiones para aterrizar cómo sería la banda sonora, yo tenía claro que debía ser jazz, esto por varias razones, por ejemplo la improvisación  en jazz representa al personaje y cómo vive su vida espontáneamente. Luis Pedro comprendió perfectamente lo que buscaba con la música para cada situación y personaje y a mi criterio, su trabajo llevó la película a otro lugar.

En lo personal me gustó mucho la fotografía de la película. Leyendo sobre fotografía y cine encontré que “la relación entre fotografía y cine es la de dos sistemas de representación visual que caminan por sendas paralelas y, no en pocas ocasiones, coincidentes” (Nekane Parejo); una premisa que en “El Apostolado” podemos ver de principio a fin. En este caso, la relación director, director de fotografía, ¿ha de ser empática para lograr transmitir sin dejar a un lado la importancia del guión? ¿cómo se logra ese entendimiento tácito? En el caso nuestro, se trabajó con dos fotógrafos, Juan Brenner y Pablo Valladares, con quienes nos une una relación de amistad y profesional de algunos años, cada uno con una pericia específica. El trabajo en equipo se dio de una manera muy respetuosa, cada uno proponía para tener la mejor versión de lo que yo intentaba expresar. La decisión más importante era trabajar con luz natural o imitarla. El proceso de pre producción fue fundamental para lograr no perder demasiado tiempo durante el rodaje, todo iba perfectamente planeado. Finalmente en el proceso de corrección de color que se trabajó con Rafael Chinchilla de Central Cine en Costa Rica, se le dio el look desaturado y se afinaron las sombras y negros para crear los contrastes que queríamos. Así le dimos el look de la ciudad.

La ciudad como un personaje más cumple su papel de cómplice y verdugo. El recurso del blanco y negro, luz y sombra, nos ayuda a comprender la dualidad del personaje principal, su lucha por balancear sus propios claroscuros, ¿fue pensado así desde un principio? Así es, de hecho la película se pensó inicialmente en blanco y negro en su totalidad. El cambio llegó estando bastante avanzados los procesos. La ciudad se pinta casi como una naturaleza muerta retratada a distancia.

Desde el drama de cada uno  de los personajes ¿existe la formulación y propuesta  a trascender conductas? Me parece que las historias de casi todos los personajes quedan abiertas justamente porque no pretendo definir como director qué está bien o qué está mal, eso lo ha de decidir quien vea la película. Ciertamente hay una idea que se lanza sobre los personajes y de dónde vienen, es así como entendemos cosas de su pasado y presente, pero no sobre su futuro. La película en sí es una lucha constante de cada personaje entre el “quiero hacer el bien pero las cosas me salen mal”. Queda a discreción del espectador valorar a cada uno.

Las secuencias y la música de El Apostolado, me hacen preguntar  ¿cuales han sido los referentes de Juan Manuel el cineasta? Es difícil hablar de referentes porque tengo muchos, si he de escoger unas pocas películas diría que Los Olvidados de Buñuel, Alemania año cero de Rossellini y Yo confieso de Hitchcock, tanto para el guión como para  dirigir. No obstante, visualmente hay muchos más, como la secuencia de noche por la ciudad, está claramente inspirada en Taxi Driver de Scorsese.

¿Cómo describe Juan Manuel, el guionista El Apostolado? La forma más sencilla que puedo encontrar para responder es: provocador. Disfruto imaginando que al terminar la película el espectador no se quede indiferente.

¿Y Juan Manuel el espectador? Como espectador diría que soy curioso.

Qué expectativas surgen al ver terminada la película, por el momento puede verse solamente en la plataforma VIMEO On Demand, por tiempo limitado. ¿Dónde más podrá verse en un futuro próximo? La pandemia por Covid-19 vino a desajustar el mundo y en este caso toda la industria del cine. Por varios meses no hubo producciones, ni festivales, ni cines, la decisión de hacer el estreno en línea obedece más a no perder la vigencia. La respuesta de la audiencia ha sido fenomenal, quienes han visto la película nos han compartido comentarios muy positivos y eso nos llena de satisfacción y orgullo, además de una enorme gratitud hacia el público guatemalteco.

Es difícil saber qué va a pasar con la película, pues recién firmamos un contrato con Shorline Entertainment, una agencia que se encargará de la venta y distribución de la película fuera de nuestras fronteras, así que tenemos mucha ilusión por ver hacia dónde nos pueda llevar. De momento esperamos que durante esta última semana de exposición el público siga rentando el film y de esta manera, brindándonos ese apoyo que necesitamos para seguir creando cine en Guatemala.

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