Los quiebres en la historia

Por Haroldo Sánchez

ESCENA 1.

10 de mayo 2013. El tribunal primero A de Mayor Riesgo, condena al general Efraín Ríos Montt, a una sentencia de 80 años: 50 años por el delito de genocidio y 30 por delitos en contra de los deberes de la humanidad. La sala estalló en aplausos, mientras la jueza Jazmín Barrios, leía la resolución.  

En una residencia de la zona 10, al oír a la jueza, la ira y los insultos en contra de los jueces resonaba con furia en la sala amueblada con sillones traídos de Francia. El grupo de hombres no aceptaba esa condena, más de uno lloraba de pura rabia, y otros rumiaban su cólera en silencio, lanzando miradas de odio hacia la pantalla del gran plasma ensamblado en la pared blanca.

Esto es inaudito –exclamó el dueño de la moderna residencia, donde se habían reunido–. No podemos permitir que mi general sea humillado de esta manera. Hay que parar a estos hijoeputas comunistas que han hecho mierda el país. tenemos que parar todo esto porque sino, mañana seremos nosotros los que iremos a la cárcel.

No te alteres, Chepe –dijo uno de los presentes, el más tranquilo del grupo–. Esto debe llevarnos a unirnos a todos en un solo objetivo: terminar con este poder que los comunistas han alcanzado en el país, empezando por esos jueces vendidos. Hay que iniciar desde ya, una estrategia que nos lleve a dominar un día al presidente y sus ministros, al Congreso, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Constitucionalidad. Si logramos eso, tendremos la victoria en nuestras manos.

Hablarlo parece fácil, vos Tono. Llevarlo a la práctica es otro cantar –respondió el anfitrión, mientras llevaba su copa de vino blanco, a la boca.

Déjame a mí esto. Llevará tiempo y dinero, pero lo vamos a lograr. Esto que hemos visto hoy, un día será tan solo un resbalón en nuestra historia común. Nos vamos a vengar de toda esta humillación, lo que le han hecho al general Ríos Montt, es un golpe en contra de la gente de bien de este país. Si nos unimos y dejamos de lado nuestras diferencias y somos inteligentes, un día vamos a gobernar sin ningún tipo de oposición. Tenemos que crear una plataforma que involucra a esos organismos, pero también a políticos que estén dispuestos a seguir nuestras órdenes y que sean al final, nuestros más grandes aliados.

ESCENA 2.

2021, siete años después. El Estado cooptado. El poder económico y político, haciendo alianzas para dominar todos los organismos estatales. De a poco fueron cayendo las piezas, una tras otra. Con paciencia y con una línea bien definida: políticos que apenas tienen el poder real, pero que aceptan ordenes que provienen de quienes durante años les dieron el dinero para que se dedicaran tan solo a hacer política partidaria.

La llegada de Iván Velásquez, después de la condena a Ríos Montt, les significó una piedra en el camino, la cual lograron erosionar con paciencia y mucho dinero. Sobre todo, con la unidad de esos sectores que durante años lograron hacer del Estado su mejor aliado. Comprendieron que la clase política no tiene escrúpulos y que son manejables siempre y cuando vean el dinero constante y sonante, además de asegurar que esas fortunas no serán jamás rastreadas y que acrecentarán sus cuentas bancarias, tanto en el país como en los paraísos fiscales.

Hoy tienen a sus alfiles en los lugares que aquel 10 de mayo del 2013, tomaron la decisión de colocar. Ese embrión producto de la cólera, los llevó a formalizar una estrategia que ha sido constante y que no encontró ningún punto débil al ser este un país dividido, mientras ellos, por el contrario, saben que lo mejor para sus gremios es permanecer como una roca, aunque tengan algunas esquirlas que al final se liman por el interés de grupo.

ESCENARIO 3.

Aparece un actor, no invitado a esta puesta en escena. Quizá lo único que no previeron en esas intensas reuniones que se dieron después de la condena a Ríos Montt, aquel 13 de mayo, fue una figura que, en ese momento, no contemplaban porque su malestar solo les permitía ver los primeros árboles y no la profundidad del bosque de la política guatemalteca: el narcotráfico.

En esas alianzas entre ellos y los políticos, nunca apareció esa figura oscura del dinero del narcotráfico y menos aún, de la ambición de los políticos y los militares, que terminarían haciendo otras alianzas que los obligaron a quedarse callados a quienes escribieron el guion del espectáculo para acabar con quienes consideran los enemigos del Estado: socialistas, comunistas, izquierdistas, donde caben medios independientes, líderes indígenas y campesinos, ONG’s, algunos curas, estudiantes, y periodistas.

ESCENA 4.

Nadie ignora que el dinero del narcotráfico y del crimen organizado, desempeña un papel fundamental en la política guatemalteca, y ahora no saben qué hacer. Crearon un laberinto donde ellos mismos se perdieron y no encuentran la salida. Seguir apoyando a políticos corruptos hasta las últimas consecuencias, es la gran discusión que les quita el sueño y donde no se ponen de acuerdo.

A esos políticos les dieron cancha libre para que hicieran dinero, siempre y cuando apoyaran la cooptación de todas las instituciones públicas. Y ese fue su gran error. No pueden controlar a un perro rabioso cuando le sueltan la cadena. Los políticos convertidos muchos de ellos en funcionarios del Estado, se consideran más poderosos que sus aliados y financistas, y ahora no obedecen si no tienen ganancias adicionales, prontas y sin problemas.

Los promotores de lo que hoy vive el país, se dieron cuenta muy tarde que no podían competir con las propuestas del narcotráfico, donde el dinero abunda y sobre todo, presionan de otras maneras más directas a sus “peones”, allí donde se encuentren. En los últimos años, debieron aceptar a regañadientes, que algunos de esos políticos dejaran de obedecerlos y vieron que tenían que compartir el poder con capos y carteles, que no se manejan con las mismas reglas.

Saben que han ganado mucho terreno y que sus opositores han tenido que dar un paso al costado en todos los organismos oficiales. Nadie les tose en la cara, y afirman con satisfacción y plena convicción, que las manifestaciones jamás volverán a ser como las del 2015, porque Jimmy se encargó de aniquilar las ilusiones de la gente y que nunca más se verán las plazas tan llenas como en esos días de abril, cuando aún estaba la odiada CICIG.

Cuando sus analistas les hacen escenarios, siempre resalta la división de la sociedad civil, y el poco apoyo que los partidos llamados de izquierda tienen. Ven como su único gran enemigo a CODECA, pero igual lo menosprecian por aquello de que se trata de indígenas que no tienen capacidad de unificar a todos en un mismo objetivo y que se trata solo de un pequeño grupo que se roba la electricidad. 

ESCENA 5.

Se los dije –exclamó eufórico el hombre canoso, con más carnes en la cintura, y más dinero en su cuenta personal–. Logramos los propósitos planteados en su momento. Cada uno de nuestros pasos fue bien meditado y ahora podemos cosechar los frutos: siete años después de aquel maldito 13 de mayo del 2013, ningún comunista nos estorba y cada uno de los planes trazados se cumplió a cabalidad.

En parte tienes razón –respondió su interlocutor, que lucía un traje hecho a la medida y unos zapatos de fino cuero, traídos de Italia–. Pero nunca hay una dicha completa. ¿Qué hacemos con esa gente de Biden, que parece dispuesta a meter sus narices en Guatemala? Sin el apoyo de Trump, se pueden torcer las cosas para nosotros.

Se los dije –exclamó rápido, el tercer miembro de aquella reunión, el más joven de los tres–. Nunca me hicieron caso. Hicimos pactos con buenos y malos, con gente honrada, también con corruptos, y esa mezcla tarde o temprano termina por estallar. Si hoy la preocupación es cómo puede reaccionar Estados Unidos, entonces tenemos que crear una estrategia donde los daños colaterales no sean tan desastrosos. ¿Qué les preocupa a ellos? La migración y el narcotráfico. ¿Qué tenemos que hacer? Exigir de manera pública que el Estado, en el primer punto, genere mayor inversión en las áreas más vulnerables del país para que la gente no emigre. Y en el segundo: alejarnos de los políticos vinculados al crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción. Ya nos sirvieron y ahora es tiempo de soltarles la mano y caminar separados…

Me parece bien, será complicado, difícil, mas no imposible –respondió el creador de la estrategia–. Hay que tomar la mejor decisión y si ello conlleva hacer a un lado a nuestros aliados en la clase política, lo tendremos que hacer. Cuando se generan estas situaciones de crisis, hay que sacrificar aquello que es sacrificable y aquí sabemos quienes jugarán ese papel… Antes de perder el mercado estadounidense o nuestras inversiones y ahorros en ese país, nadie del grupo se hará para atrás. Eso sí, todos sin excepción, debemos estar de acuerdo una vez más…

Por Factor4

Un comentario sobre «Los quiebres en la historia»
  1. El camino para la hija del genocida esta siendo preparado, solo hay que esperar y cuando se de la oportunidad saldra como la salvacion al caos. Algo asi como el fugimorismo en El Peru.

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