Por Haroldo Sánchez
José Manuel Chacón nació en Teculután, Zacapa, departamento oriental de Guatemala. Ha laborado como docente, técnico ambiental, activista ecológico y columnista gráfico en diferentes medios del país, en esto último le conocemos como Filo por su cartón de Filóchofo, su alter ego, por el cual ha sido galardonado en varias oportunidades, pero que también le ha valido ser censurado en dos de los principales medios escritos, por sus denuncias gráficas. Actualmente sus cartones son publicados en los medios electrónicos Factor 4, Prensa Comunitaria, gAZeta, y Proceso. Ha publicado por su cuenta varios libros cuya temática se centra en temas histórico sociales que describen la problemática en que se debate el país. “El valle de los corazones vacíos”, es su nueva novela, que viene a sumarse a otros productos literarios de próxima publicación.
José Manuel, ¿de dónde surge esta novela?
Creo que muchas novelas se escriben por catarsis, por sacar todo lo que llevas retenido. Pueden ser esclusas (*) por donde revientas un día. La acción de escribir te da esa oportunidad, ya sea como una forma de denuncia subliminal de lo que ocurre en nuestro país, como es este caso. Por otra parte, quedas vulnerable ante los lectores o lectoras, de que conozcan lo que guardas en tu cajón.
¿Por qué el nombre “El valle de los corazones vacíos”?
Estuve barajando varios nombres, uno era El Corazón, la selva y las estrellas… y bueno… me quedé con este, por el argumento del manuscrito, apegado a un descubrimiento arqueológico en el Valle de Santa Lucía Lachúa. Por otra parte, es tomar también de actor al corazón, como un símbolo ingobernable cuando te enamoras, como un marcador en el espacio tiempo de los protagonistas.
Usted dice que la novela está dedicada a los antropólogos y arqueólogos, ¿qué le llevó a plantearla así?
Siempre he dicho que nuestro país tiene una riqueza increíble en temas históricos, tanto en lo colonial como lo prehispánico… Y bueno, a la fecha son muy pocos los escritores que aprovechan este legado. Desde luego, escribir en ese ámbito requiere investigación y por eso mismo tus manuscritos requieren más tiempo para su construcción.
La temática está abierta para todos y todas, pero una buena parte de la misma tiene como escenario un área muy rica por ser un asentamiento arqueológico, lo que aprovecho para estimar todo el misticismo que encierra.
Pero además se pretende no sólo su utilización como elemento cultural, sino valorarla para promover su protección y rescate ante las amenazas de las actividades extractivas. Pero la novela no se aparta del escenario urbano de la gran ciudad, de sus diferentes actores, políticos, intelectuales, artesanos…
La novela también surca una parte del país vasco, con el cual se conectan sus protagonistas.
¿Cuál es el objetivo de plasmar en letras esta vivencia en esa parte del país?
Como dije antes, además de pretender ser una catarsis, es revalorar elementos de nuestra cultura, de nuestra riqueza étnica. Como sabemos, la región del Ixcán, fue un territorio de lucha durante el conflicto armado interno, pero también de retornados, donde conviven diferentes etnias, con sus diferentes idiomas, pero con un solo objetivo: la conservación de la Madre Tierra, su patrimonio, el cual hoy por hoy se encuentra amenazado por diferentes actividades de orden extractivo: proyectos hidroeléctricos, monocultivos de palma africana; además de ser un territorio que por su posición geográfica se convierte en tránsito de todo…
¿Cuánto tiempo le llevó poner en la imprenta este nuevo proyecto literario suyo? ¿Y por qué le llevó ese tiempo hacerlo?
Varios años, quizás por un efecto de procrastinar, por falta de motivación… Y luego de buscar las editoriales del país, de presentarles el manuscrito y que ni siquiera por curiosidad te lo vieran. En nuestro país para que las editoriales te publiquen, tienes que haber ganado el Premio Nacional de Literatura o ser un extranjero de renombre o haber ganado un concurso en el extranjero.
Al respecto, recuerdo que llevé mi manuscrito a una importante editorial extranjera, aquí en Guate… el editor tuvo mi trabajo por varios meses y siempre que lo llamaba me indicaba que no le había quedado tiempo de leerla, el colmo fue que una vez me contestó: “Tu libro de cuentos es muy interesante, pero está fuera de contexto…”
Al final recurres a publicar por tus propias “pistolas”. Pero para mediados de este año, les daré una sorpresa.
A José Manuel Chacón se le conoce por la viñeta de Filóchofo, ¿qué significa para usted este aporte que le da al país a través del dibujo y las letras?
Sé que me conocen como el muñequero, como Filo, por los libros que he publicado con el álter ego de Filóchofo y no me quejo. Pero también soy autor de otra novela dentro del subgénero literario de novela histórica: Dos Yglesias, también publicada con mis propias “pistolas” y que pienso algún día sacar una nueva edición.
Pero publicar un libro en nuestro país, debe ser motivo de fiesta, porque en él se concentran muchos esfuerzos. Y en ese contexto, Guatemala es el segundo país en toda América, si no es que, en todo el planeta, donde los libros aún pagan impuestos, concretamente el IVA. Chile es el otro. De tal manera que considero que este es otro valladar para el escritor nacional. Desde luego no aparto en este inmenso mar de la publicación, que tu trabajo debe ser de calidad para que sea preferido.
Su vida ha transcurrido en la denuncia ante las injusticias que ve a diario, ¿qué desea lograr ahora con esta novela?
Pues entre otras cosas, que le guste a los lectores y lectoras.
Dicen que escribir muchas veces es sacar los demonios que llevamos dentro, ¿en esta obra logró sacar algún demonio que le liberó de algo que llevaba muy adentro?
Borges decía que el cielo fue hecho sólo para unos pocos y casi para todos, el infierno. Pues sí, hay exorcismos necesarios, pero mis demonios están muy enraizados, son difíciles, ingratos, pero si no fuera por ellos… no anhelaría todos los días el cielo y ese placer de disfrutarlo cuando hay oportunidad.
¿Qué sentimientos tiene ahora que la novela finalmente está en sus manos?
Son encontrados: emoción, liberación, nervios y… es como iniciar el viaje de retorno de Ulises, buscando su Ítaca, emocionado pero amarrado al mástil de su barco para no caer inmodestamente… en el canto de las sirenas.
Dibujante y escritor, ¿qué más le resta por darle a Guatemala?
Pues quizás un libro de cuentos y otras novelas… que vienen en camino y con una editorial española.
(*) ESCLUSA: Recinto de fábrica con puertas de entrada y salida que se construyen en un canal de navegación para que los barcos puedan pasar deun tramo a otro de diferente nivel, llenando de agua o vaciando el espacio comprendido entre dichas puertas.