Por Daniela Sánchez Lemus
En una de las orillas del lago de Atitlán en Sololá se encuentra San Pedro la Laguna una comunidad Maya Tz’utujil, la cual desde hace algunos años se ha organizado para tener un mejor manejo de la basura, clasificando sus desechos y prohibiendo el uso de bolsas plásticas. Con estas acciones buscan recuperar las prácticas armoniosas con el lago y con la madre tierra, lo cual se refleja también en su idioma, en donde no existen las palabras: plástico o químicos por ejemplo.
La comunidad de San Pedro, desde su organización colectiva, denuncia que con la pandemia, el incremento en el uso de desechables y plástico PET incrementó desmedidamente, siendo afectado principalmente el río San Francisco el cual trae en su caudal correntadas de plástico que desembocan en el lago.
Durante los últimos 12 años una colectiva de mujeres originarias de San Pedro La Laguna han limpiado la orilla de la playa, este año decidieron implementar otras acciones directas para así seguir haciéndose escuchar ante su preocupación por la contaminación exponencial y desmedida que se está generando sin ningún plan o ley que la contenga, lo cual está afectando al lago de Atitlán.
Las mujeres que conforman el colectivo de organizaciones sociales del Municipio de San Pedro la Laguna: Comunidad Tz’unun Ya’, ven con preocupación las repercusiones que «las prácticas y estrategias empresariales están teniendo y han tenido» en sus vidas.
En una acción de protesta y denuncia las mujeres de San Pedro junto a la comunidad Maya Tz’utujil y los artistas Manuel Chavajay y Samuel Cumes, realizaron esta mañana una acción directa, trasladando la basura desde el lago de Atitlán hasta la cámara de la industria y el Congreso de la República de Guatemala.
[ngg src=»galleries» ids=»28″ display=»basic_slideshow» autoplay=»0″ pauseonhover=»0″ arrows=»1″]Con esta intervención artística población de la comunidad, la asociación de lancheros, colectivas de mujeres y autoridades, buscan denunciar que el actual modelo de desarrollo está enfocado únicamente en la acumulación, a través de un modelo de violencia impuesto por la cámara de la industria y las empresas extractivas, con el aval de los poderes del Estado de Guatemala, invisibilizado su responsabilidad socioambiental.
Asimismo, la población de San Pedro pide a los pueblos que viven río arriba que despierten: «Es momento de repensar nuestros consumos, reconozcamos que nuestras únicas y verdaderas necesidades dependen de la vida y del territorio«.
Con acciones políticas de protesta como la de hoy, la comunidad busca denunciar un modelo de desarrollo enfocado en la acumulación, lo cual está destruyendo los ecosistemas y la vida material y espiritual de los pueblos de la cuenca del Atitlán.