Por Miguel Torres
Cotzal, Quiché
Antes del conflicto armado interno en Guatemala, en la región Ixil, los habitantes mayas de esta zona, han sobrevivido a través de la agricultura. No había hambre, las familias tenían sus cultivos de maíz, frijol, hierbas, cultivos frutales y animales. En este documento quiero darles a conocer un poco del municipio de Cotzal, para retomar la economía local: la soberanía alimentaria.
El pueblo Ixil de Cotzal, se ha caracterizado por su práctica en la agricultura, y su base en el uso de semillas nativas y criollas; prácticas en el manejo de suelos, semillas, labranza de la tierra, control de enfermedades y plagas en plantas. Esto, para la producción de sus alimentos. Su sistema de producción consiste en prácticas y conocimientos heredados desde las abuelas y los abuelos. Para su práctica se involucran normalmente todos los miembros de la familia. La agricultura ha sido parte de la vida y como elemento principal para la sobrevivencia del pueblo maya ixil. Por eso, para las familias hay una relación muy directa con la tierra, porque consideran que este bien es como una madre, considerada como sagrada (loq’ola), en el idioma ixil. Normalmente las familias tienen su parcela donde siembran el maíz, el frijol, ayotes, hierbas como macuy, lechuguilla, güisquil y algunos frutales. También se cuenta con un espacio donde obtener leña para cocer los alimentos y así también animales y espacio donde puedan desarrollarse para aportar a la nutrición, a la economía y al trabajo familiar.
Las familias ixiles vivían en su propia parcela. Alrededor de su casa tenían sus cultivos de granos y hierbas, animales de patio para huevos y carne, cultivos donde se cosechaban raíces como la yuca y la malanga. Eramos felices, sin problemas con vecinos porque ellos vivían a 300 o 500 metros de distancia. Cuando amanecía íbamos a trabajar un poco la parcela, luego regresábamos a desayunar, para después ir a la escuela; al regresar, pasábamos a la casa por nuestro azadón y machete para ir a trabajar hasta que la noche casi entrara. Regresábamos a la casa a platicar sobre el día con nuestra mama, papá, hermanas y hermanos; en lo que hablábamos, unos elaboraban pitas y otros hacían redes, morrales, mecapal o lazo, con fibra de maguey.
Durante el conflicto armado interno casi fue destruida totalmente la vida de los ixiles y fueron creadas las aldeas modelo, lo que le dió un giro total a las formas de vida y desapareció la soberanía alimentaria y el Tiichajil.
El Tiichajil es una concepción filosófica de la vida. Desde la cosmovisión Ixil, implica la magnitud de la coexistencia del ser. Se puede decir que es la máxima expresión de la plenitud de la vida. Para que haya Tiichajil, debe de haber salud, abundancia, armonía y complementario con los elementos de la existencia. También implica una vivencia armónica desde lo material, espiritual y cosmogónico de todo lo que existe. Las personas en las comunidades siempre lo mencionan cuando se hablan entre ellas.
B’antzik Tiichajil? = ¿Cómo está la vida? Cuando alguien hace este tipo de pregunta se refiere a todo lo que una persona vive: su entorno, su salud, su situación sentimental
Tx’anel u Tiichajil! = Qué maravilla es la vida… Es la expresión de muchas personas cuando están en su máxima satisfacción sobre algo, lo cual les ha costado tiempo, recursos, esfuerzo.
Vun Tiichajil! = Mi vida… Se refiere a la vida que siente o vive una persona que le ha generado todo el entorno que le rodea, no solo se refiere a su individualidad sino a su convivencia con las demás personas, la familia, sus animales, las plantas, la naturaleza.
La importancia de retomar esta forma de vida, radica en volver a la dependencia de la tierra, cultivando los propios alimentos, usando semillas nativas y criollas que aún existen. Las medicinas a través de las plantas que se siguen cultivando en las parcelas de las familias.
La región Ixil cuenta con 7 microclimas distintos y esto le da la oportunidad de albergar aproximadamente 110 especies de cultivos, entre estos, plantas medicinales, frutales, hortalizas, granos básicos y de uso ornamental.
Es necesario retomar la diversificación de las parcelas y no promover tanto el monocultivo a pequeña escala, como lo hacen algunas familias del territorio Ixil. En la comunidad de Vichibalá vive don Domingo Gómez Cavinal de 44 años aproximadamente. En La Bendición, doña Catarina Cedillo López. En Xeputul don Nicolás Pérez Rodríguez del municipio de San Juan Cotzal. En la comunidad de Sumalito está don Miguel Brito Ramírez de 62 años. En la comunidad de Xecoxo, doña Rosa Sánchez Cuchil de 48 años del municipio de Santa María Nebaj. Estas personas son familias que cuentan con casi la mayoría de las especies de cultivos y todos los días venden algo de su parcela a las demás familias de sus comunidades. Asisten a los días de mercado que se llevan a cabo semanalmente y generan alrededor de 400 quetzales a la semana, solo por la venta. Todo lo que su familia consume lo cosechan de sus parcelas, tienen huevos, leche, carne y granos básicos y también producen sus propios abonos orgánicos.
Cuentan estas personas que algunos extensionistas o técnicos agrícolas, les han inducido a que hagan números o saquen los costos de producción de sus cultivos y cuando lo hacen, se dan cuenta a veces de que invierten más en costos que en la producción de maíz o frijol, por ejemplo; pero siempre dicen que como viven del día a día de sus cultivos y no hay necesidad de comprar alimentos, ni les importa si al sacar sus costos, se ven pérdidas en algunos cultivos. Don Domingo de Vichibalá, dice que tiene llena su troja de maíz para todo el año. De este maíz se alimentan 8 personas de la familia, además de 4 cerdos y 20 pollos.
La ventaja de tener alimentación producida por nosotros, es que no son cosechas que contengan productos químicos. Si nos enfermamos por un mes, nuestra familia no sufre de hambre porque nuestra troja está llena o hay cosechas de hierbas, frutas o plantas medicinales en nuestra parcela. Si cultivara un solo tipo de cultivo, como dicen algunos técnicos agrícolas, y se pierde esa cosecha, que solo depende de eso como monocultivo, voy a dejar a mi familia con hambre. O ante situaciones como esta enfermedad que encarece todo y se escasean muchos productos. Ahora algunas familias sufren porque todo lo compran y talvez producen un solo cultivo. Por eso nuestras abuelas y abuelos siempre nos han dicho que hay que sembrar de todo para que cuando toque enfrentar alguna crisis, nuestras familias no sufran de hambre.
También es necesario rescatar algunas prácticas como el Ch’ex (intercambio de productos o trueque) y el Xula’ (cambio de mano o cuchubal), como una manera de sustituir el dinero, donde se pone en realce la solidaridad entre familias y comunitarios.
En la región Ixil se cuenta con 4 mercados campesinos: en la comunidad de Santa Avelina del municipio de San Juan Cotzal, en la comunidad de Sumalito, uno más en la comunidad de Tzalbal y el del centro de Nebaj del municipio de Santa María Nebaj. En estos cuatro mercados campesinos, que han venido funcionando desde el 2013, se está promocionando la agricultura ancestral Ixil, el cuidar de los bienes naturales, el consumo sano y saludable de alimentos, el no uso de bolsas plásticas o desechables, para no generar basura y no contaminar los ríos.
Rescatando nuestra forma de producción, nuestras semillas y prácticas ancestrales, rescatamos nuestra salud, retomamos el respeto a la madre tierra y regresa el Tiichajil (desarrollo) de nuestros pueblos y podemos enfrentar las crisis.