Por Teresa Son
Totonicapán
El pasado 7 de mayo, la población del departamento de Totonicapán, amaneció con la noticia que por acuerdo ministerial 122-2020, del ministerio de Salud, los caseríos Tzanjuyup I y Tzanjuyup II de la Aldea Chipuac debían guardar cordón sanitario.
La noticia creó tensiones entre los pobladores. Y es porque desde el 25 de abril, a raíz del fallecimiento de una señora de 61 años, por supuesto positivo covid-19, los diversos sectores del departamento reclamaban por información oficial y las autoridades de los 48 cantones a través del comunicado 10-2020 de fecha 26 de abril, habían solicitado a las autoridades de Salud y al gobierno, actuar con prontitud y aclarar la situación, por si se trataba de un caso comunitario.
Durante días la noticia hacía eco con diversas versiones de cómo se había contagiado la paciente. Mientras tanto, el hospital José Felipe Flores del departamento, cerró por 72 horas para desinfección, pues la paciente habría visitado más de dos veces el centro. Esa actitud provocó más conmoción, puesto que dicho lugar es visitado por un sinnúmero de personas de los municipios y de los cantones.
Desde primeras horas del jueves, la Policía Nacional Civil, el ejército y los pobladores, discutían el cordón sanitario, si bien ellos mismos habían pedido auxilio al ministerio de Salud, estaban inconformes porque ya habían pasado 12 días y aún no se contaba con la confirmación y los resultados de los afectados. De hecho, no había una postura concisa de las autoridades gubernamentales. La vocera y el epidemiólogo de la gobernación, en conferencia insistieron que la información del total de los casos y el cómo se va a proceder le corresponde directamente al gobernador.
Según el testimonio del alcalde comunal de Chipuac, el descontento es porque las autoridades de gobierno no han tenido seriedad en el problema, no hay un protocolo para atención a los pacientes, tampoco una coherencia en la información; además, les relegan la responsabilidad directa a los alcaldes comunales sin ellos contar con todos los parámetros necesarios.
El directivo asevera que es deber de las autoridades comunales, garantizar que, si se cierra el paso, puedan tener la alimentación necesaria, porque si no mueren del virus, tampoco se debe admitir que sea por el hambre, una realidad que aqueja ya a las familias.
Por el contrario, en las redes sociales y las conversaciones familiares, las posturas son diversas, hay quienes no terminaban de entender la resistencia de los pobladores y quienes aplauden la actitud por alegar información y procedimientos claros, que los lleva a no o aceptar cualquier indicación u orden sin que se les den los detalles de lo que implica.
Esto porque sí se han guardado las recomendaciones dadas, específicamente según indican de parte de quienes están en cuarentena. Cabe aclarar que por garantía de los cuidados la directiva de los 48 cantones a través del comunicado 11-2020, afirma la restricción de locomoción entre aldeas y quienes lo hacen deben efectuarlo a través de un permiso y con un carné propio de cada aldea, teniendo claro que solo podrá salir de la aldea quien tenga la específica urgencia.
Hasta entonces la desinformación es la que impera y no fue hasta las 19:00 que la gobernación departamental con un comunicado informó que el cordón sanitario queda para toda la aldea, la cual, implica a todos los caseríos. Se mantiene la incertidumbre, el miedo y la preocupación porque la decisión final les llega en el toque de queda.
Para entonces diversos grupos promueven la recopilación de alimentos para acompañar y no dejar en el abandono a toda la población, que estará en estos días en encierro y sin acceso a los servicios básicos y solicitan que a través de las autoridades departamentales se obtenga la ayuda justa y la información precisa para llevar estos días de manera digna.
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